domingo, 30 de noviembre de 2008

Indecisión

No lo sé... No sé qué hacer. No sé qué debería hacer. No sé qué quiero hacer. Y tampoco sé si tendría que dejarme llevar por lo que debería o por lo que quiero. Cuando lo sepa, claro está...

El caso es que sí sé lo que me gustaría que ocurriese, pero lo veo tan borroso... Y a la vez tengo ese extraño presentimiento que me dice que sucederá, pero creo que es sólo porque ya pasó otras veces.

Pero ésta no es otras veces, y sé que hay cosas que llegan a su fin. Que tienen que hacerlo, porque es su curso natural, y que quiero que lo hagan porque es mejor así... Pero también tengo la impresión de que si eso se acaba tirará una ficha de dominó que barrerá un montón más detrás que no es necesario tirar.

Un lío... Por eso la confusión. Quizás los demás estén igual y por eso la partida no continúa en ninguno de los sentidos, aunque yo ya haya movido un par de fichas en el turno de otro. O tal vez sea que el juego terminó y yo soy la única que aún no se ha dado cuenta.

Tendencia

Un orgullo y a la vez un fastidio. A veces haces algo que gusta a los demás y eso es agradable, cómo no... pero en ocasiones llega llamar tanto la atención, que empiezan a imitarte. Creas una tendencia. Y a mí eso ya me gusta menos, porque igual que yo nunca copiaría lo que hace otra persona, detesto profundamente que alguien lo haga conmigo.

Originalidad, señores... un poquito de creatividad, que no hace daño a nadie y es muy enriquecedora. Está muy bien tomar como referencia algo que nos ha marcado especialmente, pero sobre esa base no estaría de más que nuestra imaginación volase aunque fuese sólo un poco... y si no vamos a ser capaces, creo que es mejor aplaudir aquello que tanto nos gustó que dedicarnos a estropearlo haciendo una burda imitación que acabe con el espíritu que aquello empezó teniendo.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Cae

Cae la lluvia, pero la oigo lejana. A ratos me distraigo y ni siquiera me doy cuenta de que cae en mi ventana. Con lo lejos que pensé que estaba y resulta que me mira a través del cristal.

Se calla cuando sabe que me percaté de su presencia, pero no se va. Me giro, mientras el frío de la noche hiela mis sentidos, y miro en silencio las gotas al otro lado de la ventana. Lentamente empiezan a caer... como lágrimas, que van dejando un surco en el polvo del cristal. Caen débilmente y comienzan a morir más allá de donde mi vista alcanza.

Parece que todo ha acabado, así que me doy la vuelta y doy tres pasos. Durante el tercero, o inmediatamente antes del cuarto, vuelve. Ahora no está lejos, pues oigo cada gota estrellarse contra la ventana, en su intento de alcanzarme, cada vez con más violencia.

Es imposible pretender que no la oigo, pero lo intento. Vuelvo a mi sitio y sigo oyendo llover. Fuerte, cada vez más fuerte. Despacio, cada vez más despacio... Hasta que vuelve a ser como al principio.

Cae la lluvia, pero la oigo lejana... y no te dejaré caer con ella en el olvido.

Vida

"Fuera del mundo de los sueños la vida puede ser dura, incluso cruel, pero es vida".

Auron, FFX

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Tipos de persona

En el mundo hay varios tipos de persona. En realidad hay un montón, del cuál unos nos gustan más que otros y algunos nada en absoluto. A veces cuesta darse cuenta a qué grupo pertenece uno, pero en lo que no tardamos apenas tiempo es en descubrir de cuál nos gustaría formar parte.

La putada es que no podemos elegir. Somos como somos y no podemos cambiar. Hay matices, comportamientos, claro está... pero en esencia somos de una manera, y a veces ella determina que nunca, en la vida, vamos a ser como cierta otra gente que nos gustaría. Y, evidentemente, eso no le suele gustar a nadie.

Tenemos que aceptarnos como somos... Claro, qué fácil es decirlo para uno de esos elegidos que está en uno de los grupos en los que quisiéramos estar nosotros. Pues no. Incluso ellos alguna vez tuvieron el ojo echado a los demás y se preguntaron por qué Dios, la naturaleza, el destino o lo que quiera que fuese les hizo de ese modo y les excluyó de donde querrían estar, a veces, incluso, desde antes de haber nacido.

Pero esa gente dejó de hacerlo. No de admirar otras formas de ser o a otras personas, sino de lamentarse por estar donde estaba. Emplearon ese precioso tiempo en explorar sus posibilidades hasta descubrir que iban más allá de lo que jamás habrían imaginado, hasta crear su propio grupo que ahora tú envidias.

La perfección que a mí me gusta, esa que está llena de imperfecciones, tiene mil y una formas. No se pueden tener todas, pero todos podemos crearle una nueva.

Más...

Ayer me quedé más tranquila... Pero quiero más.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Recuerdos

Últimamente me he estado acordando de alguien que hace tiempo que ya no me importa, pero lo hizo algún día. Por una mezcla de casualidad y causalidad volvió durante unos segundos sin quererlo siquiera... y eso me hizo recordar.

No son malos recuerdos, aunque como vivencias me resultaron de las más desagradables de mi vida. Con el paso del tiempo uno aprende a reírse hasta de lo que le hizo daño, porque tras unos años incluso se agradecen las heridas. ¿Qué sería de mí sin mis cicatrices? Tal vez seguiría siendo igual de estúpida que entonces, aunque en realidad es sólo algo menos de lo que lo soy ahora... Pero por pequeños que hayan sido sé que he subido unos cuantos escalones desde que sucedió aquello.

Lo que más me impresionó de todo fue el vértigo que sentí cuando recreé en mi imaginación una vez más el recuerdo que tengo de ese viaje... El amarillo de los campos de Castilla, la carretera bajo mis pies, los sueños, luchando dentro de mí por salir fuera y convertirse en realidad... Ha pasado mucho tiempo. Tanto, que posiblemente si no hubiese sentido ese dolor no podría acordarme ahora de cómo fue todo aquello y de las cosas que aprendí. De cuándo empecé a crecer.

Ilusión

Hoy mis perros han salido en "Sé lo que hicisteis". Unos segundos, pero a mí me ha hecho ilusión... Además necesitaba comprobar una cosa, y eso, por absurdo que parezca, me ha ayudado a comprobarla. Y para bien, así que genial.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Impotencia

A veces cuando uno es joven llega a sentirse capaz de todo. La voluntad es sin duda una buena compañera, pero con los años uno va descubriendo que no es ni necesaria ni suficiente. Muchos triunfan sin proponérselo, y otros, a pesar de sus esfuerzos y de su empeño, nunca consiguen lo que necesitan.

Y es que no todo está en nuestras manos, como a veces nos quieren hacer creer. Hay también situaciones que no podemos controlar, variables que no dependen de nosotros o soluciones que se nos escapan. Eso genera un fuerte sentimiento de impotencia. Fortísimo, pero es algo que hay que aceptar.

Es fácil decirlo cuando es otro en quien piensas mientras escribes, y eso también es frustrante. Disponer sólo de palabras cuando otro necesita dinero, trabajo o salud. No poder ayudar a alguien siempre es otra cosa que hay que asumir.

De todos modos no dejaré que la impotencia destruya por completo a la voluntad, y seguiré intentando acostumbrarme y que los demás se acostumbren a todo lo que no podemos manejar, y procuraré que saquemos también de lo incontrolable el máximo provecho posible.

"Si la vida te da limones, haz limonada".

Pérdidas

A mucha gente le cuesta un mundo separarse de los demás cuando son éstos los que deciden alejarse. A mí no suele pasarme. Tengo mucho cambio, pero la indiferencia es una moneda que no puedo aceptar. No, ni siquiera es no querer: no puedo. Yo también sufro cuando alguien a quien quería me da la espalda, pero ese sufrimiento no suele durar demasiado, porque algo dentro de mí me impide querer a alguien que me ha traicionado, que me desprecia o que, simplemente, ya no me quiere.

Quizás sea algo adaptativo... yo no lo sé, pero conozco gente que envidia esa "capacidad", y yo, por mi parte, no logro entender cómo hay otros que se siguen eternamente preocupando por gente que sólo ha sabido darles patadas.

No me importa que me digan que soy fría... Si eso es serlo, se está muy bien en ese palacio de hielo.

Vestigios

Hay veces que te encuentras en una situación que ya viviste años atrás. La gente es la misma, pero ha cambiado. Sin embargo lo que ha hecho que eso tenga lugar de nuevo no. Supongo que después de tanto tiempo, verlo otra vez es casi como ver una estrella fugaz... aunque en este caso el deseo consiste en volver a ver alguna más.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Obsesiones

Qué curioso es encontrar gratificación y tortura en un mismo objeto... Curioso y frustrante, cuando te persigue. Cuando no puedes deshacerte de él ni un solo segundo. Cuando quieres elegir no pensar en él pero nadie te da opciones, y cuando al hacerlo te sientes a salvo... y a la vez expuesto. A tu obsesión. Completamente a su merced, porque te rindes a ella con el mismo placer que disgusto.

Es algo parecido a "ni contigo ni sin ti", pero en este caso y aunque nos sintamos mal al principio, suele ser mejor "sin ti", porque así lo pasas mal unos días y te acostumbras después a la falta de lo que te obsesionaba, y "contigo" te alivias sólo un rato y sigues sufriendo después. Y después. Y después. Y entras en un círculo vicioso del que te crees incapaz de salir.

Por suerte ahora las puedo controlar. Las meto en un alambique y salen hechas fantasía, que está permitida y me libera un poco más. No sufro, porque no es real. No lo paso mal, porque soñar no puede hacerte daño mientras seas consciente de que todo es de mentira.

Aguas

Volviendo, en cierto sentido, a su cauce... O al menos eso creo y eso espero. A veces es necesario que pase un tiempo para que todo se restablezca. Ya nunca será como al principio, pero diferente no siempre es peor.

Vienen... vengo... Ya mismo me inundará como una ola gigante proveniente del mar. Lo siento... en el aire, en el ambiente, en sus palabras, en su actitud. Y no quiero dejar de sentirlo.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Puto orgullo

Una discusión. Posiblemente, absurda. Por alguna razón tú no le hablas, y él a ti tampoco... pero lo cierto es que, a veces, te mueres por hacerlo. No es verdad que ya no te importe, tampoco que te dé igual cómo le vaya, ni que no quieras volverle a ver, pero no sabes qué piensa él.

Otras veces todo se ha solucionado al cabo de un tiempo. Se le acaba olvidando por qué peleasteis y a ti ya te da igual, pero aún así siempre tienes miedo. Miedo de que ésta sea la última vez, de que él no te extrañe como le extrañas tú a él, y de que no te hable porque ya no le hace falta en lugar de por el puto orgullo, como haces tú.

Pero es que fue él... y menudo corte si no quiere saber más de mí y yo le voy detrás...

Otras veces fuiste tú y vino él... pero ya los dos os habéis olvidado de cuando os prometisteis no volver a separaros, o no por algo tan absurdo. El tiempo pasa, y no os perdona a ninguno de los dos ni lo va a hacer jamás... porque todo el que no estáis juntos no lo volveréis a recuperar. Y todo por el puto orgullo, al que ambos os aferráis y que es el único que os mantiene alejados cada día un poco más.

No, aún no

"No quiero que nadie hable de mí en pasado" .

Squall Leonheart, FFVIII

martes, 18 de noviembre de 2008

Miedo

Siempre que me preguntan a qué tengo miedo respondo que a nada. Pocos se lo creen, y muchos dicen que a la muerte. Dicen que es adaptativo temerla, pero yo creo que lo adaptativo es sólo evitarla. El miedo, a veces, sólo es un engaño primitivo para mantenernos alejados de lo que puede acabar con nuestra existencia. Siendo conscientes de qué puede matarnos, deja de ser útil temer, porque vamos a mantenernos distantes igualmente.

Anteayer pensé que podía morir. En realidad no me ocurrió nada grave, o al menos eso creo, pero por mi historial médico y la causa de la muerte de una persona de cada rama de mi familia, pensé que quizás el síntoma que noté podría derivar en algo... digamos horrible. De hecho no he terminado de descartar esa opción, pero el caso es que, mientras pensaba en el posible desenlace de la situación que estaba viviendo, no tuve miedo. Sentí tristeza, porque aún hay muchas cosas que me gustaría poder hacer, cosas que me gustaría arreglar... y también un poco de pena por el fastidio que sería para mi familia. Es un poco incómodo morirse en estas fechas, ya se sabe...

Pero no hubo miedo. Y desde que me acuerdo, cada vez que lo he pensado, no lo he tenido. Claro que me genera un poco de ansiedad imaginarlo, pero acaso la misma que cualquier otra situación que tienes que enfrentar y de la que no conoces nada.

Como eso de no tener miedo es, en teoría, imposible, he pensado que quizás esté yo en un error y esa sensación inofensiva que comenté es realmente el miedo. Pero debo decir que, si es eso el miedo... no me da ningún miedo.

Y qué...

Qué duro es descubrir que no eres especial... Que todo lo que te gusta, por raro que sea, también atrae a muchos otros. Que las cosas de las que eres capaz también pueden hacerlas otros y, a veces, hasta mejor. Que tus marcas se pueden superar, incluso fácilmente. Que cuando peleas con alguien es capaz de olvidarte, porque siempre hay otras personas que pueden llenar el vacío que tú dejaste...

Pero después del chasco te viene una pregunta a la cabeza que desplaza todo lo anterior: ¿y qué? Y la respuesta es...: pues nada. No pasa nada. No pasa nada, porque realmente nadie es especial... sólo que todos podemos llegar a serlo para alguien, incluidos nosotros mismos.

La gente que acaba marcándonos no nació siendo diferente al resto, sino que un conjunto de cualidades, habilidades, interacciones, situaciones e incluso casualidades la hizo distinta. Distinta para nosotros... y esa configuración es única para cada persona que nos encontramos. Eso es lo que nos hace ser especiales o simplemente uno más para el resto... Así que, por lo demás, tampoco importa tanto ser un poco normal.

"Quizás para el mundo seas sólo una persona, pero para una persona eres el mundo".

viernes, 14 de noviembre de 2008

Inspiración

Es una pena no poder controlarla, pero eso a la vez la hace más especial... Puede aparecer en cualquier momento, en cualquier situación, y desafortunadamente no siempre estamos preparados para recibirla. Desde luego, mis mejores relatos no han llegado nunca a salir de mi cabeza... porque se elaboran ahí cuando doy vueltas en la cama y, una vez fuera al día siguiente, soy incapaz de recrearlos tan increíbles como lo eran la noche anterior.

No obstante, ése es el menor de los problemas... porque si tienes los cimientos, al menos algo parecido puedes construir encima. Lo malo es que cada vez viene más de tarde en tarde, y temo que llegue el día en que desaparezca por completo. Espero que por lo menos en su última visita me regale algo espectacular... y sobre todo que no me avise de que no volveremos a vernos: odio las despedidas.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Estrellas

Cada vez hay menos en el firmamento...

Ni cuenta

A veces dedicamos tanto tiempo a escuchar lo que los demás dicen que nos olvidamos de que nosotros también tenemos algo que decir... Puede pasar mucho tiempo hasta que nos damos cuenta, y ése puede ser el suficiente como para que los demás, al no escucharnos nunca, empiecen a creer que no tenemos nada que aportarles...

Ésa es sólo una de las formas en que vemos a la soledad irrumpir en nuestras vidas... pero rara vez caemos en que, si alguien nos relega con tanta facilidad y deja de interesarse por lo que decimos y, aún más importante, por nuestros silencios, ya llevábamos en realidad un tiempo solos...

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Manifestaciones

Siempre que nos encontramos mal, o que no estamos todo lo bien que podríamos estar, lo que nos pasa hace acto de presencia de alguna manera... En mí se manifiesta robándome la voz: hace más de un mes que apenas puedo cantar.

lunes, 10 de noviembre de 2008

¿Delante o detrás?

Sé que no se puede vivir sólo de recuerdos... y no quiero hacerlo, pero a veces siento que hay personas que se revuelven inquietas en mi memoria, porque las relegué ahí antes de tiempo y quizás las deba volver a traer al aquí y ahora. O tal vez sea yo la que no soporta verles sólo en mis pensamientos, y si me esfuerzo por que vengan de nuevo sea en vano...

De una u otra forma, sólo podré saberlo si lo intento y ahora me apetece hacerlo, aunque sepa que puede doler si finalmente se acaban amontonando todos en un rincón de mi cabeza... pero siempre me ha gustado más pelear que correr.

domingo, 9 de noviembre de 2008

La promesa

Tifa: Eh, ¿por qué no hacemos una promesa? Umm, si alguna vez consigues ser famoso y estoy en un apuro... Me salvas, ¿de acuerdo?
Cloud: ¿Qué?
Tifa: Siempre que tenga problemas, mi héroe vendrá a rescatarme. Al menos me gustaría probar, una vez.
Cloud: ¿Qué?
Tifa: ¡Venga--! ¡Prométemelo----!
Cloud: Vale. Prometido.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Vidas paralelas

Hay gente que dice que nunca recuerda lo que sueña. Yo sí. Prácticamente cada noche, y creo que si pudiese elegir hacerlo o no, seguiría soñando. Algunos de mis recuerdos de cuando era pequeña no tengo muy claro si son de situaciones reales o simplemente de algún sueño, porque llevo toda mi vida soñando.

Recordar los sueños tiene, no obstante, ventajas e inconvenientes. Bueno, a decir verdad sólo le veo un inconveniente: que a veces un sueño es más agradable que la realidad y es un fastidio despertarse y perderlo de vista. Por lo demás creo que son todo ventajas.

He estado en muchos sitios durante la noche. Y gratis. Además, algunos lugares que ya conozco cambian siempre del mismo modo cuando estoy dormida, y otros en los que en realidad nunca he estado se repiten más de dos y tres veces. Es curioso... y me pregunto si no los veré algún día. De hecho, me suena haber pensado eso de "yo he soñado con este lugar" al ver un sitio nuevo.

También cambia la gente cuando duermo, y algo que me resulta bastante inquietante es que suele ser a mejor. No me refiero al aspecto, ni mucho menos, sino a la... sensación que me da. Creo que sólo en una ocasión realidad y ensoñación coincidieron, y la verdad es que es un poco raro ver a alguien y tener la sensación de que podría ser "mejor". Vale, esto no tengo muy claro si es positivo o negativo... y sólo me pasa con los chicos. Creo que, simplemente, veo siempre al mismo, sólo que se va cambiando por fuera según quién gobierne mis pensamientos en ese periodo.

Otra cosa que he hecho varias veces es volar... y morirme. Por separado. En algunos sueños sé que estoy soñando e incluso he llegado a controlar algunos por ese motivo, pero otros son tan reales que me levanto sobresaltada, con el corazón y la respiración agitados. Supongo que es algo que le pasa a mucha gente, pero a mí me llama bastante la atención. Mi vida no ha corrido nunca peligro, o al menos no directamente... y sin embargo sé que sensación tiene uno cuando cree que, inevitablemente, su hora ha llegado. Hace unas noches alguien me apuñaló en una especie de aeropuerto o de estación...

En fin, la discusión sobre si todo eso tiene algún sentido o no se la dejo mejor a otros... Por mi parte, pienso que el cuerpo humano es bastante práctico y económico y las ensoñaciones consumen demasiados recursos como para que las ponga en marcha porque sí, pero no apoyo de ninguna manera la simbología o la interpretación subjetiva y arbitraria que muchos hacen de los sueños...

jueves, 6 de noviembre de 2008

Analogía

Cuando nos presentan una gran cantidad de estímulos nuestra tendencia es atender a los más complejos... Pero, ¿qué pasa cuando todos lo son? Pues que uno acaba desorientándose de mala manera y al final no hace caso a ninguno. Y, ¿cuando son demasiado complejos? Nos frustran... Un rompecabezas es ideal cuando no es tan sencillo como para aburrirnos ni tan complicado como para sobrepasar nuestros recursos.

Creo que las personas, en cierto sentido, son como esos estímulos. Un grado de complejidad idóneo es el que no nos deja descubrir a alguien en un par de días ni nos tiene siguiendo pistas eternamente...

Quizás por eso alguna gente acaba sola: son puzzles tan complicados que nunca nadie los llega a completar. La suerte es que también hay gente que siempre está dispuesta a descubrir una pieza nueva... y la pena que, a veces, los primeros y los segundos no se llegan a encontrar.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Por si acaso

Nadie sabe cuánto le queda, y como no sabe si va a tardar mas él en volver a hablarle que el tiempo de su reloj en agotarse, le gustaría dejar constancia en alguna parte de lo que hoy, aquí y ahora, que otro día será en algún momento, piensa, pensó, siente o sintió.

Para alguna gente es difícil elegir un momento para decir "te quiero". Para alguien como ella ya es complicado decirlo alguna vez, como para acertar a escoger una buena ocasión. La última vez que se lo quiso decir pensó que no era el momento oportuno, así que lo fue aplazando varios días hasta que acabaron discutiendo por alguna tontería y se quedó sin decirle nada. No sabía por qué tenía esas ganas de decirle cuánto le importaba. Era como si alguno de los dos se fuese a morir al día siguiente, tenía una necesidad imperiosa de que él supiese cuánto le quería... pero no pudo ser.

Así que, aunque ella al final no se lo volvió a decir una vez más, aquí queda recogido que sí, que hasta el final de sus días -o al menos de sus días juntos- él le importaba. Y le importaba bastante, como sólo un puñado de gente te llega a importar en la vida.

A pesar de todo lo que pasó algún día, seguía creyendo en él... y lo último que él le dijo no es que no se lo quisiera creer para no hacerse daño: es que directamente no se lo creía. Porque lo conocía, sentía que lo conocía tan bien que aquello no podía ser verdad. Ya tuvo antes esa sensación con otra parte de la historia y estuvo en lo cierto.

Aún hoy, cada vez que pasa por cierto lugar, se imagina enseñándoselo a él. Guiándole por una ciudad para él desconocida, llevándole a los sitios que significan algo para ella porque ese simple hecho haría que significasen algo para él. También se sigue soñando allí, con él, rodeada de todo lo que a él le importa, y siendo ella a quien llevan a conocer lo que hasta ese momento sólo había podido imaginar.

Y es triste, porque lo siente tan lejos que no se atreve a decirle que, si se muriese mañana, se moriría echándole de menos, porque lo extraña tanto que, cuando piensa en él, incluso sus lágrimas saltan de sus ojos para ver si ha vuelto ya... pero acaban muriendo como no quisiera hacerlo ella: sin haberle visto al fin.

2212

Demasiados enemigos en una guerra tan injusta como innecesaria.

Presentimientos

Durante unos cinco años tuve uno pésimo. Me venía de vez en cuando a la mente, al ver la cara de quien me lo producía y a quien, a la vez, condenaba, pero lo apartaba rápidamente, como si evitar pensar en ello lo hiciera menos probable... Total, sólo era un presentimiento... eso no podía hacer daño. Pero finalmente se cumplió, y eso sí dolió. Eso que sólo habitaba en mi cabeza se hizo real, y ahora relegarlo a un segundo plano de mi conciencia no iba a aliviarme...

Supongo que es absurdo sentirse culpable por algo así. ¿Quién puede hacer caso de todo lo que alguna vez intuye? Creo que la mayoría de las veces uno se equivoca, y saber cuándo va a pasar lo que se piensa es, sencillamente, imposible. No se puede vivir así, continuamente preocupado por lo que una fuerza que ni siquiera conocemos, que no se rige por ninguna lógica como lo hace la ciencia, nos susurra de vez en cuando.

Porque no es que haya indicios, o pruebas, y los ignore deliberadamente. En absoluto. Es... un pálpito. Una sensación, de esas que cuesta describir y que no puedes transmitir a otro, porque la sientes sólo tú y parece estar hecha para ti.

Desde hace poco tengo otro presentimiento. Al menos esta vez no está bien definido -pues aquél horrible era demasiado claro...- y lo siento positivo, como cuando presientes que se avecina algo grande. Y bueno.

Si no se cumple no me sentiré mal, porque puedo seguir viviendo como hasta ahora sin ningún problema... y si lo hace pues será bienvenido y no me sentiré culpable por haberlo intuido antes de tenerlo encima. Además, éste me atañe a mí, no a nadie a quien quiera... así que, aunque se vuelva nefasto repentinamente, no me va a dar miedo: prefiero ser quien libra las batallas antes que quien limpia los restos de una y lamenta las pérdidas.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Hombres y piedras

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra... La experiencia y el conductismo me han enseñado que los otros animales tampoco se quedan atrás... pero tampoco debo ser tan tonta, porque eso no me consuela.

Es realmente frustrante ver cómo se repite una situación que te juraste no volver a vivir nunca más y no poder cambiarla. No es ni siquiera como un deja vù... Es peor. Es como cuando ves una película por segunda vez y, por mucho que hayas imaginado un final alternativo, sabes cómo va a acabar lo que estás viendo. Y no puedes hacer nada.

En realidad, las circunstancias de alrededor nunca son iguales. A veces estas disposiciones son generadas por estúpidos malentendidos. Otras, por asuntos más serios o más graves, y, en general, por todas las variantes posibles de esas dos causas principales. Lo único que no cambia es el tiempo. Todo el que se pierde ya no se vuelve a recuperar.

Así que lo que más me molesta de tropezar -o ver tropezar a alguien- más de una vez con la misma piedra no es el golpe en sí, sino el tiempo que unos y otros desperdician durante el proceso.

Hace un año fueron casi cuatro meses. Éste ya llevamos más de uno... ¿Cuánto tiempo más vamos a perder tropezando?

sábado, 1 de noviembre de 2008

Damned irony

The more you study, the more... Just a lie. Everytime I do something correctly, the wretched fate drives me to a failure. When I do it wrong, I succeed. That's why I still don't know the reason which makes me keep trying to do everything well. But the fact is that when I get what I wanted by taking the wrong path, I think I don't deserve it, in the end. So, what can I do? Right or wrong? If experience has told me to make everything badly if I want a success, but that will make me feel upset, and has told me too that I will fail if I do it the way it has to be done...

I don't really know what to do. Maybe I should keep doing things the way I think I have to, although that way doesn't always match up with the way that other people want me to do it. Yes, I think I have to follow my feelings. I guess that is the only way to have a clear conscience...

P.S.: I'm sorry about my English... but I'm already a learner. And I think I will be all my life... 'cause you never stop learning.