jueves, 29 de julio de 2010

La tristeza y la alegría

La tristeza y la alegría tienen una curiosa disposición a aglomerarse cada una en una serie de días alejados entre sí. Así, o tienes un día estupendo, o una tremenda porquería de jornada. Por suerte, de vez en cuando aparece un mago, o tal vez debería decir un tintorero: tiene la capacidad de volver radiante un día que había empezado a teñirse de gris.

Rompe el desequilibrio entre la tristeza y la felicidad, repartiéndolas de forma más equitativa, de modo tal que, si se acumula un montón de tristeza, la felicidad que sobró de otros días en que no se despilfarró barrerá la tristeza de una vez por todas.

Seguiremos estando tristes o contentos, pero al menos tras un día duro podremos esperar siempre que se alegre hacia el final, dejándonos, por fin, un fantástico sabor de boca.

Recomposiciones

En mi casa hay muchas figuritas. Mi madre y mi hermana son más bien torponas. Y aquí, encima, nunca gusta tirar nada. Estos tres detalles unidos, aunque pueda parecer que no, son capaces de dar algunas lecciones.

Al ser parte de mi familia tan patosa, han roto más de una vez alguna de las dichosas figuritas. Y claro, por no tirarlas, ya que les tienen cariño, fueron un regalo, o vete tú a saber, las pegan y las recomponen.

A veces los pedazos son grandes y apenas se nota el arreglo. Otras se nota muchísimo más. Pero no importa si se nota mucho o se nota poco, la cuestión es que siempre se nota. Las cicatrices que un mal golpe dibujan sobre las figuritas, por bien disimuladas que estén, las cambian y las dejan diferentes a como estaban. En adelante, pueden parecerse mucho a lo que eran, pero no serlo de nuevo.

Con las relaciones interpersonales pasa algo parecido. Cuando algo se rompe ya luego es muy complicado que se recomponga. Se puede disimular y que parezca que es lo mismo, pero en el fondo uno siempre sabe que, cuando algo se rompió de tanto tensarlo, o se aleja para no tensarse de nuevo, o se elimina de raíz y se extirpa. La putada es que una también le coge cariño a algunas personas, y prefiere tratar de recomponerlas a pegarlas con un poco de cola.

martes, 27 de julio de 2010

Love's difficult

'But one thing I've learned: for every love letter written, there's another one burned'.

Aerosmith, Hole in my soul

Cinismo asqueroso

Una de las formas del cinismo que más odio es aquella en la que se critica duramente a alguien por hacer lo que uno hace peor que él todavía.

Vale que uno a sí mismo se imponga unas normas más relajadas, o que sea más fácil eso de ver la paja en el ojo ajeno, pero a veces el cinismo y su descaro llegan a un punto incluso insultante.

Hay gente que juzga severamente a los demás pero lo hace para sus adentros. Otros se lo dicen a los afectados, pero el asunto no va más allá de ellos dos. Pero lo realmente increíble es que haya quien ridiculiza y trata de humillar a otra persona por haber cometido una falta que ellos no dejan de repetir desde hace tiempo y de peor manera.

La impresión es, no que castiguen lo que hizo el otro porque en su hipocresía lo condenen de repente, sino que lo hagan por ser mejor que ellos. Sí, porque el otro es capaz de hacer lo que hacen ellos pero no tan mal. Porque han hallado una manera que ellos no han sido capaces de encontrar de hacer lo que quieren con un poco más de licencia.

Por eso, si el cinismo de por sí ya es asqueroso, en concreto ese tipo me lo parece un poco más.

Machismo y mujeres machistas

Aunque la lógica pueda sugerir que una mujer debe estar en contra del machismo, la realidad nos muestra a diario que el sexo no es algo concluyente para ser machista o no. Hay muchas mujeres que lo son, por desgracia, y, por suerte, muchísimos hombres que no.

En teoría los hombres que se creen superiores lo hacen porque ganan en fuerza bruta. Pero, ¿y qué? La ley del más fuerte no es suficiente. Puedes matar al más fuerte de tus enemigos, que sin una mujer no podrás continuar la especie. Con esto no quiero dar la vuelta a la tortilla ni intentar significar que la supremacía tiene lugar al revés, de las mujeres sobre los hombres. En realidad creo que, simplemente, unos tienen unas "habilidades" y otras, otras. Es eso que se suele decir de "ni mejor, ni peor: diferente".

Sé que hay más argumentos del tipo "se nos da mejor esto" o "no valéis para lo otro", pero no deja de ser más de lo mismo. Una ristra de cualidades o de ventajas de unos sobre otras y viceversa. Una discusión absurda sobre quién es mejor, porque al final lo que hace fuerte o débil a una persona no está en su anatomía, sino en lo que lleva por dentro. Y me temo -o más bien me alegra decir- que eso no depende del sexo de uno.

Siempre pensaré que un requisito indispensable para ser inteligente es no ser machista, ya se sea hombre o mujer. Y aunque pueda parecer que el machismo es más comprensible en un hombre que en una mujer, eso no es verdad. Si creces oyendo determinadas ideas, es luego muy complicado no creer en ellas. Si te convencen de que tienes ciertas limitaciones te las acabas creyendo, y actuando como si las tuvieras de verdad. Eso a su vez hace que pases a tenerlas realmente, que te acostumbres a ello y que acabes siendo lo que te han dicho toda la vida que eres. Pero una mujer inteligente, también es capaz de pensar por sí misma. Por tanto puedo llegar a entender pero no compartir que una mujer sea machista también.

En el caso de los hombres machistas, en general, simplemente creo que se protegen de alguna manera de lo vulnerables e indefensos que se sienten de vez en cuando. Y hacerlo de un modo tan rudimentario tampoco me dice demasiado de ellos.

lunes, 26 de julio de 2010

Junts

Com fas que la vida sembli fàcil?
Com desprens tanta energia?
T'envejo.

Vull mirar les coses com les mires
i tenir tanta il•lusió
tenir sempre una raó.

Vull que quan la gent em miri
vegi algú amb ganes de viure
i no aquest petit noiet
que molt de tant en tant
fa alguna cançó maca.
Vull que em vegis
com et veig jo a tu...

Vull canviar
Jo vull sentir-me ple de vida.
Estic fart de no fer res,
tant fart de no implicar-me en res.
Jo vull mirar aquest món
i sentir que en formo part.

Tu fas de un defecte una virtut
i de la llàgrima un somriure
fas màgia.

Fas que tot em sembli diferent.
Vull tenir il•lusió
tenir sempre una raó
i que tot el que m'enfonsa avui
demà sigui el que m'aixeca.
Vull deixar de ser un suplent:
jo vull sortir d´aquí
i jugar de titular.
Vull que em vegis
com et veig jo a tu...

Vull canviar.
Jo vull sentir-me ple de vida.
Estic fart de no fer res
tant fart de no implicar-me en res.
Jo vull mirar aquest món
i sentir que en formo part.
No vull seguir
mirant la vida des de fora
per que encara em queda temps
de jugar aquesta partida
que ningú jugará per mi
i he de moure fitxa ja...

I junts li riurem a la vida...
Junts sortirem a jugar...
Junts escriurem de la partida...
Junts tornarem a somiar.

Vull canviar.
Jo vull sentir-me ple de vida.
Estic fart de no fer res,
tant fart de no implicar-me amb res.
Jo vull mirar aquest món
i sentir que en formo part.
No vull seguir
mirant la vida des de fora
per que encara em queda temps
de jugar aquesta partida
que ningú jugará per mi
i he de moure fitxa ja...

I junts li riurem a la vida...
Junts sortirem a jugar...
Junts escriurem de la partida...
Junts tornarem a somiar.

Junts cantarem a la vida...
Junts sortirem del forat...
Junts guanyarem la partida...
Junts tornarem a somiar.

Jofre Bardagí, Junts

Discusiones

Iba a empezar con un "a nadie le gusta discutir", pero me he dado cuenta de que es mentira. A mí no sólo me gusta, es que me encanta.

Además de recalcar que discutir y enfadarse no tienen por qué ir necesariamente unidos, debo decir que encuentro una riqueza sin igual en las discusiones. Gracias a ellas puedes descubrir puntos de vista de otros mucho más sinceros que en otros momentos. Si la discusión sí que llega a ser acalorada, también te das cuenta de hasta qué punto es capaz de llegar al otro cuando se cabrea. O a veces, de lo que piensa de verdad de ti, porque hay quienes se esperan a esos momentos para ser mínimamente honestos. Y no olvidemos las reconciliaciones, porque cuando tienen lugar, la relación de los que discutieron suele haberse vuelto más fuerte, si siguen unidos.

En definitiva, las discusiones son una mina de información acerca del otro. De conocimiento mutuo y comprobación de límites personales, pues compruebas tú mismo hasta dónde puedes aguantar.

Especial

¿A cuánta gente le gusta sentirse especial? ¿Y cuánta lo consigue realmente? Muchos fracasan en su intento, pero es porque su planteamiento inicial no es el adecuado. Otros sí que llegan a sentirse especiales, pero ésos saben dónde está la clave.

Y es que... ¿qué es especial y qué corriente? Es difícil contestar, y que la respuesta que a todo el que lea esa pregunta se le ocurra sea la misma, más aún, porque las respuestas posibles ascienden al número de lectores, e incluso a más, porque un mismo lector en un momento u otro puede contestar cosas distintas.

En un universo de posibilidades infinitas, las de ser especial son escasas, por no decir nulas. Pero sólo las de ser especial, a secas. Para todo el mundo.

Otra forma de ser especial, aunque por algunos menos valorada, es serlo para alguien. No obtendrás reconocimiento ni gloria a nivel mundial, pero cuando eres especial para alguien que también lo es para ti, no hace falta. Ni siquiera es necesario gritarlo; saber que es así ya es suficiente recompensa.

Ya lo dice esa frase: "Puede que para el mundo tú sólo seas una persona, pero para una persona tú eres el mundo". Y creo que tiene más valor ser especial en un mundo en el que vivo y convivo porque quiero y así lo he elegido que en ese otro que comparto por azar con un puñado de desconocidos que, por lo general, me dan lo mismo.

Tú para mí eres especial. Y me da igual si el resto del mundo se da o no cuenta.

domingo, 25 de julio de 2010

Comparaciones generacionales

Cuando estás bastante tiempo sin tratar con gente más joven que tú, piensas en los de su edad como en ti a sus años. Haciéndolo de esa manera, siempre da la sensación de que ese grupo de edad sea más inmaduro de lo que realmente es. Luego hablas con ellos y te sorprendes de que sean más personas de lo que creías.

Me parece que eso ocurre justamente por compararlos con uno mismo a su edad. No es que cuando tuvieras esos años tú fueses más inmaduro que ellos, sino que lo eras mucho más que en el momento actual. Así, en comparación, te parece que si eras un crío, lo han de ser ellos también, pero realmente no era así, o no tenía por qué. Eras más consciente del mundo de lo que recuerdas, solo que ahora lo eres más. Te importaban más cosas de las que crees, aunque ahora te importen otras, y las que aún te importen de antes te importen menos o más.

Al final, de todos modos, siempre hay diferencias generacionales entre tú y los que son más jóvenes que tú, pero no tienen por qué ser insalvables. Una vez recuerdas que tú también estuviste en su lugar, o en uno parecido al que ahora ocupan ellos, es más fácil entenderles. Y cuando te acuerdas de todos los errores que fuiste cometiendo, también te cuesta menos perdonar los suyos.

jueves, 22 de julio de 2010

Las peores injusticias

"Es muy difícil no ser injusto con lo que uno ama".

Oscar Wilde

Las despedidas de ahora

Recuerdo que hubo un día en que las despedidas no es que se hicieran eternas, sino que lo eran. Darte la vuelta y marcharte era dejar atrás a alguien sin ninguna garantía de volverle a ver otra vez y repetir de nuevo ese gesto. A veces ni siquiera podías intentar contener las lágrimas, y encima, más de una vez, ese llanto tenía su razón de ser, e incluso era casi una suerte de premonición de que no volverías a ver a esa persona. O tal vez sí, pero ya nada sería como antes.

Pero parece que siempre queremos más. Aun si las despedidas se acaban volviendo una rutina que se repite cada día, y a pesar de que tengas la certeza casi absoluta -obviando los caprichos del destino, que nos hace no estar seguros nunca de nada- de que vuestro próximo encuentro no se hará esperar más allá de un puñado de horas, tan pequeño que ni sería capaz de reunir un día, esos últimos cinco minutos a su lado se congelan en el tiempo.

Quizás el rodaje haga que aprendas a disfrutarlos mejor y de otra manera. Tal vez la ausencia de la ansiedad que antes mencioné te permita relajarte de un modo que antes ni pensabas. No sé en realidad por qué, pero esos minutos son capaces de volverse horas.

Le arañas al reloj el tiempo que no quieres que pase y lo desgarras un poco hasta que se estira. Y lo que antes se llevaba un suspiro, ahora te lo llevas tú. Y mis manos en tu pelo, tu boca en mi cuello, tus dedos en los míos. Robándole a los minutos todos los instantes de los que tantas veces me impidieron disfrutar.

El verdadero atractivo

Aún hay gente que no se ha dado cuenta de que una forma de ser puede ser mucho más atractiva que un cuerpo o una cara bonitos. Y muchos de ellos sólo pierden el tiempo entre gimnasios y espejos que les devuelven un tipo espléndido que no sirve de nada si no se corresponde con lo que llevan dentro.

Pero en un mundo tan superficial cuesta explicar que algo que no se puede ver te atraiga más que lo evidente. Es más, que, de vez en cuando, sea más fuerte la atracción que ejerce la insinuación de una actitud que la exhibición explícita de los encantos de cualquiera.

En el fondo me da pena esa gente. Me dan pena porque, cuando el paso de los años arrastre su belleza, no les va a quedar nada debajo. Habrán pasado media vida dedicados a algo efímero que nuestro enemigo invisible, el tiempo, les acabaría robando tarde o temprano (y, además, para desgracia de algunos, más temprano que tarde). Sin embargo, los que cultivan antes la mente que el cuerpo, los que se preocupan por los detalles que no se pueden tocar, esos gozarán de un atractivo con fecha de caducidad también, pero que se acabará con sus propias vidas, con el tiempo justo para que nunca lleguen a echarlo de menos.

domingo, 18 de julio de 2010

Snow

Come to decide that the things that I tried
were in my life just to get high on.
When I sit alone
come get a little lone
but I need more than myself this time.
Step from the road to the sea to the sky
and I do believe that we rely on.
When I lay it on
come get the play it on
all my life to sacrifice.

Hey... Oh...
Listen what I say, oh..
I got your...
Hey... Oh...
Now listen what I say, oh...

When will I know that I really can go
to the well one small town to decide on.
When it's killing me, when will I really see
all that I need to look inside.
Come to believe that I better not leave
before I get my chance to ride.
When it's killing me, what do I really need
all that I need to look inside

Hey... Oh...
Listen what I say, oh...
Come back and...
Hey... Oh...
Look at what I say, oh...

The more I see the less I know,
the more I'd like to let it go...
Hey... Oh...
Whoa, oh, whoa...

People need the cover of another perfect wonder
where it's all white as snow...
Marry me divided by a work so undecided
and there's no where to go
In between the cover of another perfect wonder
and it's all white as snow...
Running through the field where all my tracks will be concealed
and there's no where to go...

When to descend to a man for a friend
all the channels that are broken down.
Now you bring it up, Im gonna ring it up
just to hear you sing it out.
Step from the road to the sea to the sky
and I do believe what we rely on.
When I lay it on,
come get the play it on
all my life to sacrifice.

Hey... Oh...
Listen what I say, oh...
I got your Hey, oh...
Listen what I say, oh...

The more I see the less I know,
the more I'd like to let it go...
Hey... Oh...
Whoa, oh, whoa...

People need the cover of another perfect wonder
where it's all white as snow...
Marry me divided by a work so undecided
and there's no where go...
In between the cover of another perfect wonder
where it's all white as snow...
Running through the field where all my tracks will be concealed
and there's no where to go...

I said hey... Aw yeah...
Aw yeah...
Tell my love now...
Hey... Hey yeah...
Aw yeah...
Tell my love now.

People need the cover of another perfect wonder
where it's all white as snow...
Marry me divided by a work of undecided
and theres no where go...
Deep beneath the cover of another perfect wonder
where it's all white as snow...
Running through the field where all my tracks will be concealed
and there's no where to go...

I said hey... Aw yeah...
Aw yeah...
Tell my love now...
Hey... hey yeah...
Aw yeah...
Red Hot Chili Peppers, Snow

Se sienten

Hay cosas que no se pueden explicar. No es que sea difícil hacerlo, ni que sea más cómodo omitir la explicación: es, simplemente, que ésta no existe.

Muchas veces hacemos las cosas según lo que nos dicta el sentido común. Otras, por ciertos valores que tenemos y que nos hacen seguir unos caminos en detrimento de otros. O si no, las hacemos porque nos lo imponen, nos lo sugieren o nos lo recomiendan. Pero aquí no es el caso. Hay cosas que da igual que la lógica nos niegue, o que no importa que vayan contra a algo en lo que pensábamos que creíamos firmemente. Ni siquiera importa si nos lo prohíben o hay por ahí alguien que lo vea con malos ojos.

Hay cosas que no se pueden explicar. Únicamente, se sienten. Y con eso es suficiente.

miércoles, 14 de julio de 2010

El pasado

Últimamente pensaba que, cuanto mayor conoces a alguien, más cosas tenéis por contaros, ya que hay más años y en ellos más experiencias en vuestras vidas. Y es cierto, pero a la vez tampoco es mentira que se hace más difícil aprobar todo el pasado del otro.

Hay cosas más fáciles de asimilar que otras. Algunas, de hecho, dudamos si podremos aceptarlas o no, aunque la gente diga que no hay que mirar atrás, que lo que cuenta es el presente y que la gente cambia. Es cierto, la gente puede cambiar, y el pasado de uno no condena o no debería condenar ni su presente ni su futuro, pero lo que es cada uno se ha ido construyendo ahí.

No es que nos persiga. Es que todo lo que hemos hecho, todo lo que hemos vivido, lo hemos ido asimilando hasta hacerlo parte de nosotros mismos. Una pieza esencial en el descubrimiento del otro es el de su propio pasado, y en realidad luego tampoco es tan difícil vivir con él. Si podemos vivir con el nuestro, ¿por qué no con el de los demás?

martes, 13 de julio de 2010

Hoy me he dado cuenta

Cuando sales con alguien, no es ponerle un nombre a lo vuestro lo que limita lo libre que te sientas. Una palabra, que sea o no oficial, que lo sepan los demás o no tengan ni idea... Nada de eso cambia tu independencia. No dejas de estar solo por agarrar a alguien de la mano. En realidad dejas de estar tú solo cuando de lo que haga, diga o sienta el otro depende cómo te sientas tú.

Te vuelves vulnerable cuando no eres el único dueño de lo que te pasa. Cuando la tristeza de otro te hace llorar a ti, cuando sus lágrimas te empapan la cara. Cuando su dolor te hiere, y cuando sangras tú por sus heridas.

Nada de eso depende de una palabra ni de la imagen que tengan los otros de ti. Eso sólo lo controla un sentimiento, que tienes o no, te guste o no te guste, quieras o no. Así que da igual cómo lo llames.

domingo, 11 de julio de 2010

Silueta

Es casi imposible no adivinarle, con esa silueta y esos andares. No importa lo pequeño que empiece siendo, si está lejos o ni siquiera te diste cuenta de que estaba ahí. Da igual si llega tarde o si ni esperas que venga. Al final siempre aparece. Y cuando llega se hace enorme.

Se hace grande a tu lado, por lo que es y por lo que parece. Por como es contigo y por como es con los demás. Por lo que te dice y por lo que se calla.

Últimamente sueño con esa silueta, pero tiene cara y su cara ojos. Me miran fijamente, como intentando decirme algo que despierta no entiendo, pero me despierto y sigo sin saber qué quería decirme. Y cuando me levanto lo veo una y otra vez en mi recuerdo, pero ni en mis sueños ni en mi mente se hace nunca tan grande como cuando lo tengo al lado.

domingo, 4 de julio de 2010

Atletismo vital

A veces a la gente le da por correr por la vida, y con las prisas no se da cuenta de todo el paisaje que se va perdiendo.

Es cierto que hay metas bastante deseables, pero aun así, se disfrutan mucho más después de haberlas sufrido también un poco. Y en el camino hacia ellas se aprenden tantas cosas que es una lástima no ir pendiente de descubrirlas todas.

También es verdad que desear algo durante mucho tiempo puede llegar a agotar. Las ganas pueden pasar de estirarse a corroerse y perderse por completo. Por eso tampoco hay que detenerse más de la cuenta con los detalles.

No hay que correr. No hay que estancarse. Lo ideal es encontrar tu propio ritmo: el que te deje una sonrisa de satisfacción, aunque al final ni siquiera roces la meta.