La gente suele definir la empatía como la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Desde luego, hay gente más y menos empática, pero la mayoría de las veces, la mayoría de la gente, es incapaz de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona. Y no es porque no lo intenten, porque en realidad intentarlo no es tan complicado. Es porque rara vez puede uno alcanzar a imaginar el prisma desde el que los demás ven lo que les pasa, hasta que se ven ellos en esa misma situación.
Por suerte o por desgracia, según se mire, es raro que uno tenga la oportunidad de vivir lo que vive la demás gente. Es complicado desarrollar una empatía plena, por tanto, pero no para todo el mundo. Hay gente que parece estar maldita.
Sí, porque meterse continuamente en el pellejo de los demás es como una maldición. Te lleva a entender lo que no querías comprender, a juzgarte a ti mismo como el pésimo juez que fuiste alguna vez con otro. A darte cuenta de lo estúpido que llegas a ser cuando te crees con derecho a dictar sentencias sin saber realmente de qué va cada historia.
En teoría también podría decirse que tiene algo de bueno, pero la verdad es que, a veces, es más cómodo no entender nada que tener justificaciones para casi cualquier cosa. Comprender a la gente agota más que pelearse con ella. Por eso creo que la empatía está sobrevalorada. Para quien la experimenta demasiado acaba siendo sólo eso: una maldición.
sábado, 27 de noviembre de 2010
Release me
Release me...
Release my body.
I know it's wrong...
So why am I with you now?
I say release me
'cause I'm not able to...
Convince myself
that I'm better off without you...
Yeah, it's perfectly clear
that it's not what you need.
I tell you that I don't care
but I don't want to...
Anything that you say
I hear myself agree,
and I don't recognize
what I've turned into...
I don't know why I want you so
'Cause I don't need the heart break
I don't know what love addictive hold
You have on me I can't shake
No, I'm not in control
So let me go
Release me...
Release my body.
I know it's wrong...
So why do I keep coming back?
I say release me
'cause I'm not able to...
Convince myself
that I'm better off without you...
I could sleep by myself
you would burn me alive.
Find me somebody else,
but I don't want to.
Try to leave out the love
that goes against the grain,
but I can rationalize it
if I have to...
I don't know why I want you so...
'Cause I don't need the heart break...
I don't know what addictive hold
you have on me I can't shake.
No, I'm not in control...
So let me go...
Release me...
Release my body.
I know it's wrong...
So why do I keep coming back?
I say release me
'cause I'm not able to...
Convince myself
that I'm better off without you...
I'm not in control, so let me go...
Release me...
Release my body.
I know it's wrong...
So why do I keep coming back?
I say release me
'cause I'm not able to...
Convince myself
that I'm better off without you...
Release me...
Release my body.
I know it's wrong...
So why do I keep coming back?
I say release me
'cause I'm not able to...
Convince myself
that I'm better off without you...
Release my body.
I know it's wrong...
So why am I with you now?
I say release me
'cause I'm not able to...
Convince myself
that I'm better off without you...
Yeah, it's perfectly clear
that it's not what you need.
I tell you that I don't care
but I don't want to...
Anything that you say
I hear myself agree,
and I don't recognize
what I've turned into...
I don't know why I want you so
'Cause I don't need the heart break
I don't know what love addictive hold
You have on me I can't shake
No, I'm not in control
So let me go
Release me...
Release my body.
I know it's wrong...
So why do I keep coming back?
I say release me
'cause I'm not able to...
Convince myself
that I'm better off without you...
I could sleep by myself
you would burn me alive.
Find me somebody else,
but I don't want to.
Try to leave out the love
that goes against the grain,
but I can rationalize it
if I have to...
I don't know why I want you so...
'Cause I don't need the heart break...
I don't know what addictive hold
you have on me I can't shake.
No, I'm not in control...
So let me go...
Release me...
Release my body.
I know it's wrong...
So why do I keep coming back?
I say release me
'cause I'm not able to...
Convince myself
that I'm better off without you...
I'm not in control, so let me go...
Release me...
Release my body.
I know it's wrong...
So why do I keep coming back?
I say release me
'cause I'm not able to...
Convince myself
that I'm better off without you...
Release me...
Release my body.
I know it's wrong...
So why do I keep coming back?
I say release me
'cause I'm not able to...
Convince myself
that I'm better off without you...
Agnes Carlsson, Release me
jueves, 14 de octubre de 2010
Una grata sensación
Es muy agradable lo que uno siente cuando es capaz de disfrutar de verdad con algo que otro crea. Pasa sobretodo con el arte: cualquiera de sus caras puede resultar realmente placentera.
Observar como lo que parecían unos torpes trazos azarosos sobre un papel se convierten en un precioso dibujo que representa algo que nos encanta. Ver unos dedos deslizarse sobre un piano y hacerle tocar una melodía que nos extasía. Leer el entramado de palabras que alguien una vez compuso para conformar una historia que nos hace vibrar. Escuchar cómo alguien modula su voz para deleitarnos con un canto que eriza el vello.
Es genial ser testigo de ello y sucumbir al placer que nos provoca. Pero es mejor aún cuando de repente recordamos que nosotros también somos capaces de aquello.
Observar como lo que parecían unos torpes trazos azarosos sobre un papel se convierten en un precioso dibujo que representa algo que nos encanta. Ver unos dedos deslizarse sobre un piano y hacerle tocar una melodía que nos extasía. Leer el entramado de palabras que alguien una vez compuso para conformar una historia que nos hace vibrar. Escuchar cómo alguien modula su voz para deleitarnos con un canto que eriza el vello.
Es genial ser testigo de ello y sucumbir al placer que nos provoca. Pero es mejor aún cuando de repente recordamos que nosotros también somos capaces de aquello.
El anhelo de lo ajeno
Muchas veces la gente no sabe lo que dice cuando dice que envidia a otra persona. Parece que sólo se den cuenta de lo bueno que tienen los demás y a ellos les falta, y que no se paren a pensar en qué carencias tiene esa gente a la que tanto envidian.
Casi siempre, alguien envidiado a su vez envidia a otros por otras cosas. O por tener de otra manera lo que otros desean de ella pero a ella no le hace feliz.
Aún así, no creo que nadie disfrute siendo un envidioso. A veces es inevitable soñar con lo que tienen los demás, y en realidad eso no debería tener nada de malo. El problema está en que en la mayoría de las ocasiones la envidia no se aprovecha como una motivación para conseguir lo que se anhela. No se suele pensar que, si el otro consiguió algo, debe ser que se lo ganó, y que si uno se esfuerza lo tendrá también. Lo más común es pensar que la suerte es la culpable de nuestras miserias. Que la nuestra es mala y la del otro es buena.
Y quién sabe si no es así. Lo importante, no obstante, es no pensar demasiado en lo que nos falta ni en lo que otros tienen, sino en qué tenemos, y en qué más somos capaces de conseguir.
Casi siempre, alguien envidiado a su vez envidia a otros por otras cosas. O por tener de otra manera lo que otros desean de ella pero a ella no le hace feliz.
Aún así, no creo que nadie disfrute siendo un envidioso. A veces es inevitable soñar con lo que tienen los demás, y en realidad eso no debería tener nada de malo. El problema está en que en la mayoría de las ocasiones la envidia no se aprovecha como una motivación para conseguir lo que se anhela. No se suele pensar que, si el otro consiguió algo, debe ser que se lo ganó, y que si uno se esfuerza lo tendrá también. Lo más común es pensar que la suerte es la culpable de nuestras miserias. Que la nuestra es mala y la del otro es buena.
Y quién sabe si no es así. Lo importante, no obstante, es no pensar demasiado en lo que nos falta ni en lo que otros tienen, sino en qué tenemos, y en qué más somos capaces de conseguir.
jueves, 30 de septiembre de 2010
Humor e inteligencia
Hace poco oí a alguien decir que el humor es una forma de inteligencia. Yo disiento un poco.
El humor, como tantas otras cosas, tiene casi tantas formas como personas que pueden hacer uso de él. Y aunque es considerado por muchos una gran virtud, no todas sus caras a mí me lo parecen.
La gente se ríe mucho, pero eso no quiere decir que la gente se ría de cosas que yo considere graciosas, o de cosas de las que opine que es oportuno reírse. Por ejemplo, a mucha gente le gusta reírse de los demás, y yo a eso no le veo demasiada gracia.
También hay gente con un gran sentido del humor... pero que sólo crece hacia fuera. Reírse de las cosas de los demás parece ser muy sencillo, pero no lo es para todos reírse de lo que le pasa a uno. Tampoco me gusta la gente que se ríe de todo, excepto cuando ella está implicada.
Por tanto, sí que es posible que determinadas formas de humor estén relacionadas con la inteligencia, pero ni mucho menos todas, así que no veo acertada la generalización del comienzo de este texto. Y es que, encima, eso del humor es muy subjetivo.
El humor, como tantas otras cosas, tiene casi tantas formas como personas que pueden hacer uso de él. Y aunque es considerado por muchos una gran virtud, no todas sus caras a mí me lo parecen.
La gente se ríe mucho, pero eso no quiere decir que la gente se ría de cosas que yo considere graciosas, o de cosas de las que opine que es oportuno reírse. Por ejemplo, a mucha gente le gusta reírse de los demás, y yo a eso no le veo demasiada gracia.
También hay gente con un gran sentido del humor... pero que sólo crece hacia fuera. Reírse de las cosas de los demás parece ser muy sencillo, pero no lo es para todos reírse de lo que le pasa a uno. Tampoco me gusta la gente que se ríe de todo, excepto cuando ella está implicada.
Por tanto, sí que es posible que determinadas formas de humor estén relacionadas con la inteligencia, pero ni mucho menos todas, así que no veo acertada la generalización del comienzo de este texto. Y es que, encima, eso del humor es muy subjetivo.
La intención es lo que cuenta
La gente tiende a pensar que los actos de los demás han de ser juzgados de la misma manera, en función de aquello que se derive de ellos. Esto es, cree que, si la consecuencia de dos comportamientos es la misma, estos son de la misma gravedad. Pero se olvidan siempre de las intenciones.
A veces dos cosas acaban con el mismo resultado pero, quienes las hicieron, tenían unas expectativas diferentes de qué conseguirían con ello. Uno puede hacer mal adrede, o puede hacerlo sin querer. Son muchas las ocasiones en las que intentando hacer algo bien sólo empeoramos más las cosas. El resultado es igualmente nefasto, pero nuestra intención no era ésa precisamente.
Y dado que las intenciones que uno lleva nacen de su propia voluntad, creo que no es justo juzgar del mismo modo a personas que, aunque hayan obtenido iguales resultados, partieron de intenciones diferentes.
Aunque bien es cierto que nunca se pueden conocer a ciencia cierta las intenciones de los demás, y si ellos nos las cuentan no tenemos por qué creérnoslas, también lo es que en numerosas ocasiones somos capaces de intuirlas, cuando no descubrirlas sin que el otro se entere, por ejemplo sorprendiéndolo comentándolas con otros.
Así, al menos en según qué momentos, bien es cierta aquella frase que dice que la intención es lo que cuenta.
A veces dos cosas acaban con el mismo resultado pero, quienes las hicieron, tenían unas expectativas diferentes de qué conseguirían con ello. Uno puede hacer mal adrede, o puede hacerlo sin querer. Son muchas las ocasiones en las que intentando hacer algo bien sólo empeoramos más las cosas. El resultado es igualmente nefasto, pero nuestra intención no era ésa precisamente.
Y dado que las intenciones que uno lleva nacen de su propia voluntad, creo que no es justo juzgar del mismo modo a personas que, aunque hayan obtenido iguales resultados, partieron de intenciones diferentes.
Aunque bien es cierto que nunca se pueden conocer a ciencia cierta las intenciones de los demás, y si ellos nos las cuentan no tenemos por qué creérnoslas, también lo es que en numerosas ocasiones somos capaces de intuirlas, cuando no descubrirlas sin que el otro se entere, por ejemplo sorprendiéndolo comentándolas con otros.
Así, al menos en según qué momentos, bien es cierta aquella frase que dice que la intención es lo que cuenta.
lunes, 13 de septiembre de 2010
Exiliados en su isla
A veces hay quienes quieren dar espacio a otros porque piensan que lo necesitan. Da igual si ellos lo piden o no lo hacen. No importa quiénes se sientan incómodos, si los unos con los otros o los otros con los unos. El caso es que esas personas están tan convencidas de que sobran, que acaban alejando a los demás.
Así, esa gente no reclama ir a su isla privada en presencia de los demás, pero estos al final los exilian a ella. Encima, rara vez les dejan volver, con lo que finalmente se acostumbran a su isla y acaban aprendiendo a ser felices en el exilio.
Al final es como una profecía autocumplida. Los otros pensaban que ellos soñaban con su isla y que no les necesitaban, y al final con su comportamiento lo acabaron provocando. Los apartaron tan lejos que tuvieron que hacerse al lugar. No les quedó otra que olvidarse del mundo. Y ahora ese mundo les juzga por estar en el sitio en que él les colocó.
Así, esa gente no reclama ir a su isla privada en presencia de los demás, pero estos al final los exilian a ella. Encima, rara vez les dejan volver, con lo que finalmente se acostumbran a su isla y acaban aprendiendo a ser felices en el exilio.
Al final es como una profecía autocumplida. Los otros pensaban que ellos soñaban con su isla y que no les necesitaban, y al final con su comportamiento lo acabaron provocando. Los apartaron tan lejos que tuvieron que hacerse al lugar. No les quedó otra que olvidarse del mundo. Y ahora ese mundo les juzga por estar en el sitio en que él les colocó.
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