domingo, 2 de noviembre de 2008

Hombres y piedras

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra... La experiencia y el conductismo me han enseñado que los otros animales tampoco se quedan atrás... pero tampoco debo ser tan tonta, porque eso no me consuela.

Es realmente frustrante ver cómo se repite una situación que te juraste no volver a vivir nunca más y no poder cambiarla. No es ni siquiera como un deja vù... Es peor. Es como cuando ves una película por segunda vez y, por mucho que hayas imaginado un final alternativo, sabes cómo va a acabar lo que estás viendo. Y no puedes hacer nada.

En realidad, las circunstancias de alrededor nunca son iguales. A veces estas disposiciones son generadas por estúpidos malentendidos. Otras, por asuntos más serios o más graves, y, en general, por todas las variantes posibles de esas dos causas principales. Lo único que no cambia es el tiempo. Todo el que se pierde ya no se vuelve a recuperar.

Así que lo que más me molesta de tropezar -o ver tropezar a alguien- más de una vez con la misma piedra no es el golpe en sí, sino el tiempo que unos y otros desperdician durante el proceso.

Hace un año fueron casi cuatro meses. Éste ya llevamos más de uno... ¿Cuánto tiempo más vamos a perder tropezando?