lunes, 26 de julio de 2010

Especial

¿A cuánta gente le gusta sentirse especial? ¿Y cuánta lo consigue realmente? Muchos fracasan en su intento, pero es porque su planteamiento inicial no es el adecuado. Otros sí que llegan a sentirse especiales, pero ésos saben dónde está la clave.

Y es que... ¿qué es especial y qué corriente? Es difícil contestar, y que la respuesta que a todo el que lea esa pregunta se le ocurra sea la misma, más aún, porque las respuestas posibles ascienden al número de lectores, e incluso a más, porque un mismo lector en un momento u otro puede contestar cosas distintas.

En un universo de posibilidades infinitas, las de ser especial son escasas, por no decir nulas. Pero sólo las de ser especial, a secas. Para todo el mundo.

Otra forma de ser especial, aunque por algunos menos valorada, es serlo para alguien. No obtendrás reconocimiento ni gloria a nivel mundial, pero cuando eres especial para alguien que también lo es para ti, no hace falta. Ni siquiera es necesario gritarlo; saber que es así ya es suficiente recompensa.

Ya lo dice esa frase: "Puede que para el mundo tú sólo seas una persona, pero para una persona tú eres el mundo". Y creo que tiene más valor ser especial en un mundo en el que vivo y convivo porque quiero y así lo he elegido que en ese otro que comparto por azar con un puñado de desconocidos que, por lo general, me dan lo mismo.

Tú para mí eres especial. Y me da igual si el resto del mundo se da o no cuenta.