domingo, 25 de octubre de 2009

Guardar las apariencias

Es un poco cansino ver como día tras día la gente hace o dice las cosas pensando sólo en las apariencias. Entiendo que es normal querer reflejar en nuestros actos lo que pensamos o sentimos, pero desgraciadamente no siempre es posible, y cuando no lo es, los demás deben sólo confiar en nosotros, aunque no puedan ver nada que les diga que somos sinceros.

Supongo que no es siempre factible contar con la confianza de los demás, y desde luego que están en su derecho si no nos la quieren regalar, pero es que creo que en realidad a la única persona a la que debemos cuentas es a nosotros mismos. Si tú sabes qué haces y por qué, si lo explicas... ¿queda acaso algo más que puedas hacer para demostrarlo? Probablemente no, pero es que, ¿por qué demonios tienes que hacerlo?

Cada uno debería ser libre de hacer lo que le apeteciese, sin tener una mirada instigadora cada vez que se hallase ante una bifurcación decidiendo qué hacer. Porque además, si coartas la libertad de otro para que escoja, no sé qué ganas. No sé de que le vale a nadie tener a su lado a alguien que está a disgusto, o por compromiso, o porque tiene miedo de qué pueda uno pensar de él si le dice que preferiría estar en otro lado.

Yo, por lo menos, no gano nada. Por eso me gusta dejar a la gente elegir. No quiero que parezca que me quieren... Sólo quiero que me quieran, y si no es así, saberlo.