sábado, 27 de junio de 2009

Cerca y lejos

Supongo que cuando era pequeña, en algún momento que ya no recuerdo, alguien me explicó qué significaba cerca y qué lejos. Aunque no sé de qué forma me lo dijeron, estoy segura de que lo hicieron mal.

Antes pensaba que cerca estaba todo lo que tenía alrededor y podía alcanzar con la mano, y lejos todo lo demás, a lo que no llegaba. Quizás con los objetos esa improvisada lección tiene algún sentido, pero desde luego que se queda vacía cuando se trata de personas.

Hace poco estuve a pocos metros de algunas personas de quien normalmente me separan unos mil kilómetros, y sin embargo nunca antes los había sentido tan lejos. Ni siquiera me puse nerviosa. No temblé, el corazón no me empezó a ir más deprisa y mi respiración siguió tan parsimoniosa como lo había estado hasta entonces. Si de pronto hubiese empezado a correr o hubiera cogido un autobús podría haberles mirado a los ojos. Podría haberles tocado, como lo hice con uno de ellos, de hecho, pero aun de esa forma habrían seguido a años luz.

Ese cerca y ese lejos no sabría explicarlos. No es algo que se cuente, sino algo que se siente... Sólo sé que, cuando se trata de personas, mil kilómetros pueden deshacerlos una sonrisa cómplice o un par de palabras dichas con el corazón... pero no una hora escasa de avión.