miércoles, 10 de junio de 2009

Idiota

Es difícil engañarse y contarse a uno mismo que las despedidas nunca son de verdad, que siempre puede ser que vuelvas a ver a alguien, cuando ya has vivido tantas y sigues esperando a que eso ocurra. No sé si es el destino el que junta o separa a las personas, pero desde luego sería muy cruel dejar caer el peso de esa responsabilidad todo sobre él. Nosotros también tenemos algo que decir en todo eso, y creo que es peor así.

Es más fácil culpar al destino. Es más sencillo que reconocer que te pasas la vida perdiendo oportunidades. Total... ¿cuánto tardarás en olvidarte? Supongo que hasta que aparezca una nueva que también dejes pasar.

No me gusta, no me gusta vivir así... Con la sensación de tener siempre el freno de mano echado. Me gustaría correr y correr y no pararme nunca hasta que yo realmente quisiera. Ojalá no fuese yo misma el principal obstáculo del camino... Pero es que supongo que en alguna parte del viaje empezó a darme miedo chocarme. No todos los golpes matan, pero sí que duelen... Lo malo es que a veces duele más no haberse expuesto a caer por un precipicio que la caída, si es que resulta que llega a producirse.

Idiota. Sí, ése es un buen resumen para todo esto.