Mañana es el primer día del resto de mi vida. Bueno, bien podríamos decir eso siempre, pero esta vez creo que lo que pase puede (y debe) cambiar algo y de forma significativa.
Sé que esta vez es harto probable que mi gran compañera me abandone, y no seré yo quién para reprochárselo, porque creo que me lo merezco. Eso sí, a partir de ese día, a partir de mañana, tengo que hacer todo lo posible para no necesitarla más.
Aún así, siempre agradeceré sus visitas. Las que ya me ha hecho y las que, espero, aún le quedan por hacerme.