A muchos se les llena la boca diciendo lo que les gusta que los demás vayan de frente o hacer lo propio ellos, pero de todos los que lo proclaman, y desde luego de la mayoría del resto, sólo lo dicen de veras unos pocos.
Muy poca gente dice claramente qué quiere, de quién, cómo y cuándo. Estoy harta de ver actitudes en una dirección que no son sino caretas bajo las que se ocultan intenciones que van en contravía. Tampoco son muchos los que no actúan nunca sin calcular los efectos que tendrá lo que hagan. Y no critico del todo esa forma de hacer las cosas, ya que creo que todos alguna vez u otra, de una forma o de aquella manera, lo hacemos. Lo que me molesta es que muchos no lo reconozcan.
Yo también he hecho tal o cual cosa para conseguir otra o esperando algo de ello, pero no me molesta decirlo. Te dije aquello para joderte. No te conté eso otro para que me preguntases tú. Me quedé callada para comprobar si tú dabas el primer paso. Sí, claro que sí. Y por qué no... si así va el mundo y así vamos los humanos. Experimentamos con casi todo, pero parece que a algunos les apura decir que también lo hacen con otras personas.
En esto, como en muchas otras cosas, la gente se calla lo que realmente piensa para no parecer raro. En realidad, lo raro no es pensarlo... es no tratar de esconderlo.