sábado, 28 de marzo de 2009
Es algo así...
Es una sensación parecida a la de querer seguir leyendo un libro sólo por terminarlo, o acabar de ver una película por no dejarla a la mitad. Se siguen sumando páginas y el contador cada vez marca más minutos que nos separan del final de la cinta, pero ya no queda nada del interés que nos suscitaron ese libro o esa película cuando los empezamos. Tampoco quedan ganas ni ilusión, más bien es obligación... aunque bien sabemos que las cosas también se pueden dejar a medias. Porque, ¿y si ese argumento que dejo de entusiasmarnos nos guarda un giro inesperado? ¿Y si recuperamos espontáneamente la emoción del comienzo? Puede ser que eso no pase nunca... pero cuando uno se decide a llegar hasta el final debe pensarlo hasta que éste llegue, porque si no la lectura, o el visionado, dejan de tener sentido. Y yo quiero que lo tengan.