松本朝海, ナナ
lunes, 31 de agosto de 2009
No, thanks...
Sometimes I wish I could turn back time and I'd like to set it on those moments when I was happy. No way am I saying that I've never been happy since that time. What I really mean is that there was a time when we were all together. There were no problems between us, we had a future and it was shared by us all... But I'd be selfish if I went back, because although those days were my personal treasure, not everybody was as lucky as I was and not everybody felt as I did.
The only thing I wish I could bring back is she, cause she died and I'm not able to find a solution to that. Death has no answers so it's useless to ask. The rest of my life is what I've been doing of it, so I shouldn't want it changed... Maybe I've been right or wrong, but if I've been wrong any time I can still undo some mistakes, erase them or just make people forget them.
If I'm not as well as I used to is just my fault... Life can hit you and go astray, but you can straighten it again later. That way you wouldn't be responsible for ruinning other people achievements, and you could learn how to be happy again. With no tricks.
The only thing I wish I could bring back is she, cause she died and I'm not able to find a solution to that. Death has no answers so it's useless to ask. The rest of my life is what I've been doing of it, so I shouldn't want it changed... Maybe I've been right or wrong, but if I've been wrong any time I can still undo some mistakes, erase them or just make people forget them.
If I'm not as well as I used to is just my fault... Life can hit you and go astray, but you can straighten it again later. That way you wouldn't be responsible for ruinning other people achievements, and you could learn how to be happy again. With no tricks.
domingo, 30 de agosto de 2009
Visiones nocturnas
Ayer saliste de una sala oscura, muy oscura. No sé si sería una especie de cine, pero creo que algo proyectaban. O quizás no... Tampoco te pregunté. El caso es que detrás de ti salió tu amigo y detrás de él un montón más de gente. Aquel sitio tenía tan poca luz que lo único que podía ver desde fuera, donde yo me encontraba, era una mancha negra. Fuera lo que fuese lo que pasó allí dentro, sonreíais al salir, pero yo me sentía mal. No sé por qué. Más tarde hice las maletas para ir con vosotros a alguna parte, pero parecía que todo me salía mal y que no llegaría a ningún sitio. Ni siquiera sé qué pensabas tú de que me uniera a vosotros.
Hoy ha sido diferente. Estaba allí y había mucha gente, muchísima, en medio de aquel sitio donde nos hemos encontrado. Nos hemos mirado, pero ni siquiera hemos cruzado palabra alguna. No sé qué demonios hacía en medio de tantísima gente, es muy agobiante estar en un sitio así... Pero no tardé en salir, y al hacerlo ahí estabas tú, hablando con mis padres. Te habías parado a saludarles y daba la impresión de que os llevaseis genial, de que os conocieseis de toda la vida. Qué raro... Cuando llegué hasta vosotros me extrañé de que te hubieses parado con ellos y antes conmigo no, pero supongo que en medio de esa gran multitud tampoco habríamos podido hablar. Además de toda esa marabunta, me ha llamado muchísimo la atención lo encapotado que estaba el cielo... Parecía que iba a empezar a llover de un momento a otro, pero no ha caído ni una gota.
Más tarde te vi ahí subido celebrando lo bien que te fue...
Ya veremos qué pasa mañana... O, mejor dicho, ya veremos qué pasa esta noche. Eso sí, si vienes trae un poquito más de luz... que no me gustaría tener que empezar a preocuparme por tonterías.
Hoy ha sido diferente. Estaba allí y había mucha gente, muchísima, en medio de aquel sitio donde nos hemos encontrado. Nos hemos mirado, pero ni siquiera hemos cruzado palabra alguna. No sé qué demonios hacía en medio de tantísima gente, es muy agobiante estar en un sitio así... Pero no tardé en salir, y al hacerlo ahí estabas tú, hablando con mis padres. Te habías parado a saludarles y daba la impresión de que os llevaseis genial, de que os conocieseis de toda la vida. Qué raro... Cuando llegué hasta vosotros me extrañé de que te hubieses parado con ellos y antes conmigo no, pero supongo que en medio de esa gran multitud tampoco habríamos podido hablar. Además de toda esa marabunta, me ha llamado muchísimo la atención lo encapotado que estaba el cielo... Parecía que iba a empezar a llover de un momento a otro, pero no ha caído ni una gota.
Más tarde te vi ahí subido celebrando lo bien que te fue...
Ya veremos qué pasa mañana... O, mejor dicho, ya veremos qué pasa esta noche. Eso sí, si vienes trae un poquito más de luz... que no me gustaría tener que empezar a preocuparme por tonterías.
sábado, 29 de agosto de 2009
Formas de despertarse...
¿Cómo te gustaría que te despertasen mañana por la mañana? Siempre me gustó aquel comercial en el que el chico despertaba a la chica con un dulce beso en el hombro. El gesto en sí me da lo mismo, pero ese actor supo contener en aquel beso toda la ternura que me gustaría que alguien utilizase alguna vez para despertarme a mí.
Ayer mismo tuve que despertar a alguien y no me apeteció zarandearle, así que puse en marcha el ventilador a la máxima potencia y lo desperté con un chorro de aire en este sofocante verano. Creo que le gustó, y a mí también que mi improvisado plan funcionase tan bien.
Otros prefieren el desayuno en la cama... aunque eso a mí, personalmente, no es que me llame la atención. No estaría mal que te despertara la lluvia sobre la cara, o los pasos de alguien a quien estabas loca por ver. O los latidos del pecho de la persona a la que más quieres...
Sí, la próxima vez que tenga que despertar a alguien intentaré hacerlo lo mejor posible... porque la puta crueldad del mundo en que vivimos ya se encarga de despertar a la gente de sus sueños de la peor forma que se le ocurre.
Ayer mismo tuve que despertar a alguien y no me apeteció zarandearle, así que puse en marcha el ventilador a la máxima potencia y lo desperté con un chorro de aire en este sofocante verano. Creo que le gustó, y a mí también que mi improvisado plan funcionase tan bien.
Otros prefieren el desayuno en la cama... aunque eso a mí, personalmente, no es que me llame la atención. No estaría mal que te despertara la lluvia sobre la cara, o los pasos de alguien a quien estabas loca por ver. O los latidos del pecho de la persona a la que más quieres...
Sí, la próxima vez que tenga que despertar a alguien intentaré hacerlo lo mejor posible... porque la puta crueldad del mundo en que vivimos ya se encarga de despertar a la gente de sus sueños de la peor forma que se le ocurre.
viernes, 28 de agosto de 2009
Sueños
A veces los que no tenemos un gran sueño que perseguir en nuestra vida envidiamos a los que sí lo tienen. Querer algo, tenerlo muy claro y conocer el camino para conseguirlo. Suena bien, pero creo que también puede ser muy aburrido. Si sólo te apasiona una cosa te pierdes un montón más... y una vez logres realizar tu sueño, si lo haces... ¿qué?
Cuando consigues algo que deseabas con fervor también sientes luego un vacío. Es casi más entretenido luchar que ganar una batalla... Así que supongo que esa es la ventaja de los que no tenemos un gran sueño. Yo no tengo uno, pero tengo un montón de ellos más pequeños, así que conforme los vaya cumpliendo supongo que me sentiré menos vacía, porque tampoco se me escapó un anhelo tan enorme, y además podré ponerme manos a la obra para ir a por el siguiente. Lucharé y ganaré batallas continuamente, aunque sean más cortas o menos intensas.
Como todo, no hay nada perfecto. No sé si es mejor uno grande y serio o un montón más tontos, pero igual que la persona de la que te enamoras, eso no lo eliges tú. Lo importante es tener algo que te haga sonreír al levantarte cada mañana... Da igual lo ridículo que pueda parecerle a otro: si a ti te hace feliz y no haces daño a nadie, nada más importa.
Cuando consigues algo que deseabas con fervor también sientes luego un vacío. Es casi más entretenido luchar que ganar una batalla... Así que supongo que esa es la ventaja de los que no tenemos un gran sueño. Yo no tengo uno, pero tengo un montón de ellos más pequeños, así que conforme los vaya cumpliendo supongo que me sentiré menos vacía, porque tampoco se me escapó un anhelo tan enorme, y además podré ponerme manos a la obra para ir a por el siguiente. Lucharé y ganaré batallas continuamente, aunque sean más cortas o menos intensas.
Como todo, no hay nada perfecto. No sé si es mejor uno grande y serio o un montón más tontos, pero igual que la persona de la que te enamoras, eso no lo eliges tú. Lo importante es tener algo que te haga sonreír al levantarte cada mañana... Da igual lo ridículo que pueda parecerle a otro: si a ti te hace feliz y no haces daño a nadie, nada más importa.
jueves, 27 de agosto de 2009
Negaciones
Pedro negó a Jesús tres veces, pero eso no cambió todo el tiempo que habían pasado juntos. A veces, cuando dos personas se separan, una niega a la otra como éste hizo con aquél. Pretende que no la conoce, que no sabe quién es o que ni siquiera la recuerda, pero todo el mundo sabe que eso no es posible. Al menos yo no lo concibo. Puede ser por miedo, como le pasó a Pedro, aunque en estos casos no a los judíos sino a que otro se dé cuenta de que no hemos sido capaces de olvidar. O también por temor a simplemente intentarlo.
A mí a veces también me gustaría olvidar que conocí a alguien con quien luego no acabé muy bien, pero es absurdo intentar hacerlo sólo mirando hacia otro lado. Creo que para superar algo que nos hubo marcado, lo que hay que hacer es justo lo contrario. Recrearse en los recuerdos, en los buenos y en los malos -no sólo en los primeros como falsamente quieren hacer algunos ni solamente en los segundos como de forma injusta intentan hacer otros-, para poder tener presente si la decisión que estamos tomando, la de desprendernos para siempre de eso o ése, es la adecuada.
Sólo querer olvidar algo o a alguien no es suficiente. Hacerse el loco cuando se oye su nombre tampoco. Para pasar página hay que tener una buena razón. Una que no dé vueltas en nuestra conciencia, porque sólo la visitará el olvido cuando esté tranquila. Sólo entonces se cumplirán nuestros deseos: cuando estemos completamente seguros de lo que queremos y de que lo queremos de verdad.
A mí a veces también me gustaría olvidar que conocí a alguien con quien luego no acabé muy bien, pero es absurdo intentar hacerlo sólo mirando hacia otro lado. Creo que para superar algo que nos hubo marcado, lo que hay que hacer es justo lo contrario. Recrearse en los recuerdos, en los buenos y en los malos -no sólo en los primeros como falsamente quieren hacer algunos ni solamente en los segundos como de forma injusta intentan hacer otros-, para poder tener presente si la decisión que estamos tomando, la de desprendernos para siempre de eso o ése, es la adecuada.
Sólo querer olvidar algo o a alguien no es suficiente. Hacerse el loco cuando se oye su nombre tampoco. Para pasar página hay que tener una buena razón. Una que no dé vueltas en nuestra conciencia, porque sólo la visitará el olvido cuando esté tranquila. Sólo entonces se cumplirán nuestros deseos: cuando estemos completamente seguros de lo que queremos y de que lo queremos de verdad.
Sentirse identificado
Es agradable sentirte identificado con alguien que, por la razón que sea, te gusta, te cae bien... Más aún si es con alguien a quien admiras. Es una manera de soportar el peso que ciertas cosas nos suponen con otro y a escondidas, porque ese sentimiento, el de verse reflejado en otra persona, no siempre se le confiesa a aquélla.
Historias parecidas, sueños compartidos, problemas similares... Cualquier cosa o todas pueden valer, pero a veces, cuanto más cree alguien que tiene de otro u otro de él, más quiere que compartan. Es como descubrir otra versión de uno mismo, como si ese otro hubiese salido con nosotros desde el mismo punto pero hubiera seguido un camino diferente aunque parecido, y al ver lo que ha sido de él y gustarnos, sentir que ése también podría ser nuestro destino.
La realidad es que no hay dos personas iguales, y creo que además tampoco debería haberlas. Está bien sentirse acompañado por la existencia de alguien que pensamos que nos comprende o que podría llegar a hacerlo, o saber que todo lo que hemos vivido o sentido también lo ha vivido o sentido otra persona en cualquier otro momento y lugar aunque de forma algo distinta, pero de sentirse identificado con a tratar de convertirse en puede haber sólo un paso que nadie tendría que dar.
Admiremos, compartamos, identifiquémonos con otros... pero seamos siempre nosotros mismos, porque aunque a veces cueste creerlo, supongo que todos tenemos algo de especial.
Historias parecidas, sueños compartidos, problemas similares... Cualquier cosa o todas pueden valer, pero a veces, cuanto más cree alguien que tiene de otro u otro de él, más quiere que compartan. Es como descubrir otra versión de uno mismo, como si ese otro hubiese salido con nosotros desde el mismo punto pero hubiera seguido un camino diferente aunque parecido, y al ver lo que ha sido de él y gustarnos, sentir que ése también podría ser nuestro destino.
La realidad es que no hay dos personas iguales, y creo que además tampoco debería haberlas. Está bien sentirse acompañado por la existencia de alguien que pensamos que nos comprende o que podría llegar a hacerlo, o saber que todo lo que hemos vivido o sentido también lo ha vivido o sentido otra persona en cualquier otro momento y lugar aunque de forma algo distinta, pero de sentirse identificado con a tratar de convertirse en puede haber sólo un paso que nadie tendría que dar.
Admiremos, compartamos, identifiquémonos con otros... pero seamos siempre nosotros mismos, porque aunque a veces cueste creerlo, supongo que todos tenemos algo de especial.
miércoles, 26 de agosto de 2009
Because you're worth it
"Antes de conocerte odiaba a la gente, odiaba a todo el mundo [...]. Por eso estaba sola y no confiaba en nadie. Pero cuando te conocí a ti por primera vez pensé que tal vez el mundo no era tan malo [...]. Claro que vales, claro que mereces confianza [...]. Por favor, no dejes que una cosa así te haga dudarlo".
ナナ, ナナ
martes, 25 de agosto de 2009
Cubrir necesidades
A veces la gente sólo necesita algo muy simple, como un abrazo, unas palabras de apoyo o incluso una mano en el hombro. Algo que les tranquilice en un mal momento y les haga sentir que no están solos. Pero muchas veces eso que quieren no llega, y ellos tampoco lo piden.
Normalmente, el que tiene al lado a alguien que necesita algo de eso y no se lo proporciona, es porque no quiere hacerlo o, más fácil, porque, por la razón que sea, no se ha dado cuenta de lo que al otro le hace falta. También pasa, y casi me atrevería a decir que en un elevado número de casos, que uno se da cuenta de qué quiere la persona que tiene al lado, pero duda. Duda porque no está seguro de si lo que necesita lo necesita de él o de otro, de si estará fuera de lugar lo que cree que debe o incluso quiere hacer. No sabe si es el momento o si acaso interpretó mal las supuestas señales que le enviaron. Y ante esa duda decide no hacer nada.
En realidad supongo que hacen mal los dos. El que tiene una carencia por no hacerla pública con claridad, dejando el orgullo a un lado y exponiéndose a que su dolor previo se vea aumentado por el de un posible -que no siempre probable- rechazo, y el que duda por no dejarse llevar por lo que siente y cortarse las alas a sí mismo, arriesgándose a hacer un poco el ridículo.
Pero casi como decía la canción, así somos y así seguiremos. No temer el rechazo de alguien a quien quieres o aparcar la vergüenza suena ideal, pero llevarlo a la práctica es un poco más complicado.
Normalmente, el que tiene al lado a alguien que necesita algo de eso y no se lo proporciona, es porque no quiere hacerlo o, más fácil, porque, por la razón que sea, no se ha dado cuenta de lo que al otro le hace falta. También pasa, y casi me atrevería a decir que en un elevado número de casos, que uno se da cuenta de qué quiere la persona que tiene al lado, pero duda. Duda porque no está seguro de si lo que necesita lo necesita de él o de otro, de si estará fuera de lugar lo que cree que debe o incluso quiere hacer. No sabe si es el momento o si acaso interpretó mal las supuestas señales que le enviaron. Y ante esa duda decide no hacer nada.
En realidad supongo que hacen mal los dos. El que tiene una carencia por no hacerla pública con claridad, dejando el orgullo a un lado y exponiéndose a que su dolor previo se vea aumentado por el de un posible -que no siempre probable- rechazo, y el que duda por no dejarse llevar por lo que siente y cortarse las alas a sí mismo, arriesgándose a hacer un poco el ridículo.
Pero casi como decía la canción, así somos y así seguiremos. No temer el rechazo de alguien a quien quieres o aparcar la vergüenza suena ideal, pero llevarlo a la práctica es un poco más complicado.
Preguntas esperadas
Eso de ser seres sociales es a veces muy difícil. Muchas veces tengo la sensación de no dejar de hablar de mí misma, y aunque pienso en ello y trato de corregirlo preguntando cosas a mi interlocutor, después de un rato vuelvo a tener esa impresión. Lo más gracioso es que luego hay gente que se queja de que soy muy cerrada mientras yo tengo la impresión de ser demasiado abierta (y no hay dobles sentidos...), pero ése sería ya otro tema y volvería a centrar el discurso en mí misma, cosa que, a pesar de que pueda no parecerlo, suelo intentar evitar.
El caso es que una de las partes de que consta la amistad es ésa en la que uno se interesa por el otro, como también le gusta a cualquiera sentir que se preocupan por él. Pero a veces es complicado que nuestro interés real por una persona y el que luego esa persona percibe coincidan. No pocas veces me he pasado el día pensando en preguntar a alguien por un tema que sé que le preocupa y, por ende, también a mí (cuando se trata de un amigo), y después se me ha pasado hacer la dichosa pregunta cuando por fin al final del día he tenido la suerte de poder hablar con esa persona. Antes o después se acaba hablando del tema porque el otro lo saca, al ser de su interés, pero tú te quedas con la espina de que pueda creer que no te interesa lo que le pase, cuando tú bien sabes que no es cierto.
Solía pensar que un amigo de verdad sabe realmente si te preocupa lo que le pase a pesar de que no siempre se lo demuestres, pero parece ser que la confianza se vende demasiado cara estos días y no todo el mundo está dispuesto a regalarla. La verdad es que no puedo culpar a nadie por eso, pero cuando eres tú en quien otro no confía te duele. Te duele incluso más que cuando eres al que alguien olvidó preguntar cómo le iba con tal o cual cosa.
El caso es que una de las partes de que consta la amistad es ésa en la que uno se interesa por el otro, como también le gusta a cualquiera sentir que se preocupan por él. Pero a veces es complicado que nuestro interés real por una persona y el que luego esa persona percibe coincidan. No pocas veces me he pasado el día pensando en preguntar a alguien por un tema que sé que le preocupa y, por ende, también a mí (cuando se trata de un amigo), y después se me ha pasado hacer la dichosa pregunta cuando por fin al final del día he tenido la suerte de poder hablar con esa persona. Antes o después se acaba hablando del tema porque el otro lo saca, al ser de su interés, pero tú te quedas con la espina de que pueda creer que no te interesa lo que le pase, cuando tú bien sabes que no es cierto.
Solía pensar que un amigo de verdad sabe realmente si te preocupa lo que le pase a pesar de que no siempre se lo demuestres, pero parece ser que la confianza se vende demasiado cara estos días y no todo el mundo está dispuesto a regalarla. La verdad es que no puedo culpar a nadie por eso, pero cuando eres tú en quien otro no confía te duele. Te duele incluso más que cuando eres al que alguien olvidó preguntar cómo le iba con tal o cual cosa.
lunes, 24 de agosto de 2009
¿Paranoia?
Las cosas cambian mucho según del modo en que se miran. A veces demasiado. Por eso pasa que en algunos momentos le entra a uno la paranoia y empieza a pensar que todo lo que veía blanco es en realidad negro. Que sus aliados son sus enemigos, que quienes dicen ayudarle sólo intentan hundirle, que quienes creía sinceros no dicen más que mentiras. Es como si en un segundo el mundo se diese la vuelta y se pusiera todo patas arriba.
Pero como decían en aquella película, no es paranoia si de verdad te persiguen. No siempre esa sensación es fruto de nuestra imaginación. Hay quien necesita tiempo para abrir los ojos y, una vez lo hace, ve todo ese desbarajuste ante sí, tan real como que sin aire no tardaría en morir.
El problema es que en ocasiones uno puede dudar. ¿Es una paranoia pasajera que desaparecerá si me tomo un tiempo y reflexiono o una traición real que me hace más vulnerable cada minuto que la sigo creyendo a mi favor? En esos momentos supongo que lo más sensato es no hacer nada en ningún sentido. No correr hacia delante ni hacia atrás, hasta estar seguro incluso de si uno debe moverse, para no tomar decisiones precipitadas que puedan poner en peligro algo que nos importa. Algo que nos importa tanto que rozamos la locura por su culpa.
Pero como decían en aquella película, no es paranoia si de verdad te persiguen. No siempre esa sensación es fruto de nuestra imaginación. Hay quien necesita tiempo para abrir los ojos y, una vez lo hace, ve todo ese desbarajuste ante sí, tan real como que sin aire no tardaría en morir.
El problema es que en ocasiones uno puede dudar. ¿Es una paranoia pasajera que desaparecerá si me tomo un tiempo y reflexiono o una traición real que me hace más vulnerable cada minuto que la sigo creyendo a mi favor? En esos momentos supongo que lo más sensato es no hacer nada en ningún sentido. No correr hacia delante ni hacia atrás, hasta estar seguro incluso de si uno debe moverse, para no tomar decisiones precipitadas que puedan poner en peligro algo que nos importa. Algo que nos importa tanto que rozamos la locura por su culpa.
domingo, 23 de agosto de 2009
Iguales pero diferentes
Es curioso cómo las personas se niegan a reconocer lo simples que podemos llegar a ser, y es que hay determinadas características en los humanos que podrían llamarse -o al menos yo las llamo- básicas.
Si ponemos la mano en una superficie caliente, inmediatamente la retiraremos sin pensar; o nuestra pierna se moverá sola ante un golpe en un determinado punto de la rodilla. Como animales que somos, conservamos ciertos reflejos e instintos, y aunque mucha gente no sea consciente de ellos, los que sí lo son no le suelen dar importancia. Sin embargo, si les explicas que también tenemos una serie de comportamientos, pensamientos, miedos, etc. que también obedecen a ciertas leyes, no lo aceptan tan alegremente.
Una de las formas más simples -y más comunes- de adquirir un miedo o una fobia es el condicionamiento clásico. Asociaciones, muchas veces de lo más sencillas, que pueden aterrar a mucha gente sin que ni siquiera se den cuenta de que existen. Eliminar esos miedos es tremendamente fácil, y aunque haya a quien le resulte paradójico, la mejor forma de hacerlo es exponerse a ellos. ¿Temes a los perros? Pues acércate a ellos, y cuanto más mejor. Pero todo esto con una serie de normas y un profesional que las supervise, que quede claro.
Hay gente que cree escapar a todo eso sin ni siquiera saber de qué se trata ni en qué consiste realmente. Gente que se niega a ser humana y a tener comportamientos propios de su especie. Parece que para esas personas ser una más fuese lo peor del mundo, pero es porque no se paran a pensar. Puede que nos rijamos todos por una serie de leyes físicas y psicológicas más o menos simples y más o menos comunes, pero eso no nos hace simples a nosotros. El modo en que todo eso nos afecta o no nos afecta, qué lo hace y cómo, nos hace diferentes. Iguales pero diferentes.
Si ponemos la mano en una superficie caliente, inmediatamente la retiraremos sin pensar; o nuestra pierna se moverá sola ante un golpe en un determinado punto de la rodilla. Como animales que somos, conservamos ciertos reflejos e instintos, y aunque mucha gente no sea consciente de ellos, los que sí lo son no le suelen dar importancia. Sin embargo, si les explicas que también tenemos una serie de comportamientos, pensamientos, miedos, etc. que también obedecen a ciertas leyes, no lo aceptan tan alegremente.
Una de las formas más simples -y más comunes- de adquirir un miedo o una fobia es el condicionamiento clásico. Asociaciones, muchas veces de lo más sencillas, que pueden aterrar a mucha gente sin que ni siquiera se den cuenta de que existen. Eliminar esos miedos es tremendamente fácil, y aunque haya a quien le resulte paradójico, la mejor forma de hacerlo es exponerse a ellos. ¿Temes a los perros? Pues acércate a ellos, y cuanto más mejor. Pero todo esto con una serie de normas y un profesional que las supervise, que quede claro.
Hay gente que cree escapar a todo eso sin ni siquiera saber de qué se trata ni en qué consiste realmente. Gente que se niega a ser humana y a tener comportamientos propios de su especie. Parece que para esas personas ser una más fuese lo peor del mundo, pero es porque no se paran a pensar. Puede que nos rijamos todos por una serie de leyes físicas y psicológicas más o menos simples y más o menos comunes, pero eso no nos hace simples a nosotros. El modo en que todo eso nos afecta o no nos afecta, qué lo hace y cómo, nos hace diferentes. Iguales pero diferentes.
sábado, 22 de agosto de 2009
Be careful what you wish for
'...is gone. The future that we looked forward to has become as blank as a piece of white paper'.
ハチ, ナナ
viernes, 21 de agosto de 2009
Matices
Cuando era algo más joven me daba rabia escuchar cómo los demás me contaban la que iba a ser mi vida basándose en sus experiencias y en cómo creían que resultarían las mías. Por poco que me guste, más de uno acertó en alguna cosa que otra, pero no todos ni en todo, y aun así hay matices de aquellas cosas que, para mí, las hacen bastante diferentes de las que ellos me vaticinaron.
Yo misma empecé a pensar que la vida era como una sucesión de situaciones o de encuentros más o menos del mismo estilo y que coincidían para todo el mundo, aunque existiesen los matices aquellos. Aconsejaba a quien me lo pedía pensando en mis propias vivencias, y aún ahora pienso, cuando observo a otros, que van directos a cometer un error que yo ya cometí tiempo atrás. Y los veo cayendo antes de haberse ni siquiera tropezado, como ya hiciesen otros conmigo. Pero todo, incluso esto, tiene matices.
Me pongo en lo peor y también a los demás, pero sigo dejando una puerta abierta al factor sorpresa y un poco de alimento a la esperanza, porque sé cómo de importantes pueden ser los matices que diferencian dos historias que, por mucho que lo pueda parecer, no son iguales. Todos tenemos derecho a equivocarnos o a rectificar... Y a soñar que, de vez en cuando, no podamos predecir lo que va a ocurrir. Que de pronto alguien empiece a improvisar y perdamos el hilo de nuestro guión particular para encontrarnos con otro que nunca nadie más leyó.
Yo misma empecé a pensar que la vida era como una sucesión de situaciones o de encuentros más o menos del mismo estilo y que coincidían para todo el mundo, aunque existiesen los matices aquellos. Aconsejaba a quien me lo pedía pensando en mis propias vivencias, y aún ahora pienso, cuando observo a otros, que van directos a cometer un error que yo ya cometí tiempo atrás. Y los veo cayendo antes de haberse ni siquiera tropezado, como ya hiciesen otros conmigo. Pero todo, incluso esto, tiene matices.
Me pongo en lo peor y también a los demás, pero sigo dejando una puerta abierta al factor sorpresa y un poco de alimento a la esperanza, porque sé cómo de importantes pueden ser los matices que diferencian dos historias que, por mucho que lo pueda parecer, no son iguales. Todos tenemos derecho a equivocarnos o a rectificar... Y a soñar que, de vez en cuando, no podamos predecir lo que va a ocurrir. Que de pronto alguien empiece a improvisar y perdamos el hilo de nuestro guión particular para encontrarnos con otro que nunca nadie más leyó.
jueves, 20 de agosto de 2009
Antes de la feria en la cocina
Ella: Come come, que luego lo echas hacia abajo por el camino.
Yo: O hacia fuera subida en alguna atracción.
Yo: O hacia fuera subida en alguna atracción.
Educación
Ser adulto te hace sentirte responsable sobre determinados asuntos. Entiendes que debes evitar enfrentamientos por cuestiones triviales. Aprendes a ceder y no aprovecharte de tu condición delante de los más pequeños. Tratas de contenerte y callarte cuando entiendes que el otro será incapaz de comprender lo que le intentes decir, por mucho que te esfuerces. Dejas de querer demostrar que llevas razón y te conformas con saber que la tienes y que el otro lo sabe también. Te importa poco que los demás piensen que se han reído de ti cuando sabes que en realidad se equivocan en su juicio.
Pero tampoco es tan aburrido ser adulto. También se puede ser adulto reflexionando sobre todo esto al ver cómo se te cuelan unos críos con malas artes en una atracción de feria. ¿Qué más da? Yo ya no tengo toque de queda y mi tiempo pasa mucho más deprisa que el de ellos... Y sobre tener más cara que espalda, mentir y además mal y ser un chulo al que antes o después alguien le partirá la cara yo nunca he tenido que preocuparme. Esa tarea se la dejo a los padres de esos críos a los que yo a su edad sacaba ventaja, porque si se la sacaba era precisamente porque mis padres a los de ellos también.
No sé qué me gusta menos, si lo detestables que son algunos niños ya desde tan pequeños, o que sus padres se lo permitan y hasta les rían las "gracias". Sea como sea me dan pena los tres: los dos mayores porque son incapaces de hacer de sus hijos personas, y el pequeño porque crecerá sin opciones, ya que quien tiene educación puede decidir cómo y cuándo la utiliza: el que no tiene tampoco tiene elección.
Pero tampoco es tan aburrido ser adulto. También se puede ser adulto reflexionando sobre todo esto al ver cómo se te cuelan unos críos con malas artes en una atracción de feria. ¿Qué más da? Yo ya no tengo toque de queda y mi tiempo pasa mucho más deprisa que el de ellos... Y sobre tener más cara que espalda, mentir y además mal y ser un chulo al que antes o después alguien le partirá la cara yo nunca he tenido que preocuparme. Esa tarea se la dejo a los padres de esos críos a los que yo a su edad sacaba ventaja, porque si se la sacaba era precisamente porque mis padres a los de ellos también.
No sé qué me gusta menos, si lo detestables que son algunos niños ya desde tan pequeños, o que sus padres se lo permitan y hasta les rían las "gracias". Sea como sea me dan pena los tres: los dos mayores porque son incapaces de hacer de sus hijos personas, y el pequeño porque crecerá sin opciones, ya que quien tiene educación puede decidir cómo y cuándo la utiliza: el que no tiene tampoco tiene elección.
miércoles, 19 de agosto de 2009
Desinhibición
Uno de los usos más frecuentes que la gente da al alcohol es el de desinhibidor. Gente tímida, o no tanto, decide que no es capaz de soltarse por sí misma y que necesita una ayuda externa. Esa ayuda es la bebida.
Este uso no tiene por qué ser problemático para la salud, siempre y cuando sea moderado y se limite sólo a según qué cantidades y circunstancias, pero, dejando de lado que el alcohol se emplea de manera inadecuada en una gran mayoría de las ocasiones, sí que puede tener otras consecuencias tampoco agradables. Al final, mucha gente acaba utilizando la bebida para atreverse a hacer cosas que sin ella piensa que no haría jamás, y realmente esas personas se creen que sin ella serán siempre esclavos de la vergüenza. Y eso no es así.
Además, esta actitud puede generalizarse a otros contextos, donde en lugar de hacer un esfuerzo por conseguir lo que quieren, muchos recurren a algo del exterior, ya sea café, un libro de autoayuda o tabaco. De esa manera no están afrontando lo que les paraliza, sólo le están poniendo un parche.
Es muy fácil decirle a alguien que debe soltarse sin beber, pero conseguirlo puede llevar incluso años. A eso es a lo que tiene que aprender mucha gente: a afrontar que hay ciertas cosas que cuesta trabajo lograr, pero se pueden alcanzar. Hay que esforzarse, y dejar de delegar las responsabilidades en un cubata.
Este uso no tiene por qué ser problemático para la salud, siempre y cuando sea moderado y se limite sólo a según qué cantidades y circunstancias, pero, dejando de lado que el alcohol se emplea de manera inadecuada en una gran mayoría de las ocasiones, sí que puede tener otras consecuencias tampoco agradables. Al final, mucha gente acaba utilizando la bebida para atreverse a hacer cosas que sin ella piensa que no haría jamás, y realmente esas personas se creen que sin ella serán siempre esclavos de la vergüenza. Y eso no es así.
Además, esta actitud puede generalizarse a otros contextos, donde en lugar de hacer un esfuerzo por conseguir lo que quieren, muchos recurren a algo del exterior, ya sea café, un libro de autoayuda o tabaco. De esa manera no están afrontando lo que les paraliza, sólo le están poniendo un parche.
Es muy fácil decirle a alguien que debe soltarse sin beber, pero conseguirlo puede llevar incluso años. A eso es a lo que tiene que aprender mucha gente: a afrontar que hay ciertas cosas que cuesta trabajo lograr, pero se pueden alcanzar. Hay que esforzarse, y dejar de delegar las responsabilidades en un cubata.
domingo, 16 de agosto de 2009
En un abrir y cerrar de ojos
Yo tenía 25 años. Me estaba quedando dormida con el perro apoyado sobre mi pierna. El ruido de las fiestas entraba por la ventana pero era lo suficientemente bajo como para dejarme dormir. Cuando ya casi lo había conseguido, me desveló un poco la voz que se oía en la calle. Un muchacho, de unos 17 años, llamaba a gritos a su madre.
Seguí con los ojos cerrados, hasta que la voz sonó más fuerte. Los abrí de golpe y seguía siendo de noche, pero de pronto sentí que el perro pesaba mucho más. Miré hacia mis piernas y el caniche ahora era un pastor alemán. Me senté en la cama y miré por la ventana, siguiendo el ruido de la voz del chico, que aún no había dejado de llamar a su madre.
Mis ojos se encontraron con los suyos. Cambió el gesto, de desesperación porque nadie acudía a su llamada, por una sonrisa:
-Mamá, ¿puedo ir a la feria esta noche? No llegaré más tarde de las cuatro.
Miré otra vez al pastor alemán, que con mi movimiento se había despertado también y se había bajado de la cama. Luego volví la vista de nuevo a la ventana:
-Claro, pero ten cuidado -le contesté.
Y es que los años pasan en un abrir y cerrar de ojos...
Seguí con los ojos cerrados, hasta que la voz sonó más fuerte. Los abrí de golpe y seguía siendo de noche, pero de pronto sentí que el perro pesaba mucho más. Miré hacia mis piernas y el caniche ahora era un pastor alemán. Me senté en la cama y miré por la ventana, siguiendo el ruido de la voz del chico, que aún no había dejado de llamar a su madre.
Mis ojos se encontraron con los suyos. Cambió el gesto, de desesperación porque nadie acudía a su llamada, por una sonrisa:
-Mamá, ¿puedo ir a la feria esta noche? No llegaré más tarde de las cuatro.
Miré otra vez al pastor alemán, que con mi movimiento se había despertado también y se había bajado de la cama. Luego volví la vista de nuevo a la ventana:
-Claro, pero ten cuidado -le contesté.
Y es que los años pasan en un abrir y cerrar de ojos...
viernes, 14 de agosto de 2009
14 de agosto
Recuerdo algunas de las canciones que había en el CD que escuchamos durante el camino. Enfermo mental. Una gasolinera en Ciudad Real con un pequeño pero alegre patio interior junto al que se encontraba el baño. El cartel de Toledo, y haberme acordado de quien acababa de conocer de allí, que pocos meses después se haría más importante. Yo, sin saber dónde demonios estaba. Ella, tan diferente de como me la esperaba... La ansiedad de pensar en pasar dos semanas a su lado. En aquel hotel, el Senator, cuando vi a ese imbécil detrás de la barra, que después nos acompañó hasta la azotea. Madrid. A ella, levantando mi camiseta cuando íbamos a bajar. Cómo perdía el tiempo egoístamente porque no tenía prisa, aunque para mí el tiempo en ese momento fuese oro. Sus pies en el salpicadero y la imposición de su música. Heaven is a place on Earth. El amarillo de los campos de Castilla. Los toros pastando. Una gasolinera abandonada. Un cartel. Vallas. Un andamio. Él, contando cómo se había subido encima de los contenedores de reciclaje. Las calles estrechas. La iglesia... El zulo. El olor a sangre. Y ya no quiero recordar más.
Just hold me
Comfortable as I am
I need your reassurance...
And comfortable as you are
you count the days.
But if I wanted silence
I would whisper...
And if I wanted loneliness
I'd choose to go...
And if I liked rejection
I'd audition...
And if I didn't love you...
you would know.
And why can't you just hold me?
And how come it is so hard?
And do you like to see me broken?
And why do I still care?
Still care...
You say you see the light now,
at the end of this narrow hall...
I wish it didn't matter...
I wish I didn't give you all...
But if I wanted silence
I would whisper...
And if I wanted loneliness
I'd choose to go...
And if I liked rejection
I'd audition...
And if I didn't love you...
You would know.
And why can't you just hold me?
And how come it is so hard?
And do you like to see me broken?
And why do I still care?
Poor little misunderstood baby...
No one likes a sad face...
But I can't remember life without him...
I think I did have good days...
I think I did have good days...
And why (why) can't you just hold me?
And how come it is so hard?
And do you like to see me broken?
And why do I still care?
I need your reassurance...
And comfortable as you are
you count the days.
But if I wanted silence
I would whisper...
And if I wanted loneliness
I'd choose to go...
And if I liked rejection
I'd audition...
And if I didn't love you...
you would know.
And why can't you just hold me?
And how come it is so hard?
And do you like to see me broken?
And why do I still care?
Still care...
You say you see the light now,
at the end of this narrow hall...
I wish it didn't matter...
I wish I didn't give you all...
But if I wanted silence
I would whisper...
And if I wanted loneliness
I'd choose to go...
And if I liked rejection
I'd audition...
And if I didn't love you...
You would know.
And why can't you just hold me?
And how come it is so hard?
And do you like to see me broken?
And why do I still care?
Poor little misunderstood baby...
No one likes a sad face...
But I can't remember life without him...
I think I did have good days...
I think I did have good days...
And why (why) can't you just hold me?
And how come it is so hard?
And do you like to see me broken?
And why do I still care?
Maria Mena, Just hold me
martes, 11 de agosto de 2009
Quemar canciones
Hay gente que no puede escuchar la misma canción más de una vez cada cierto tiempo, porque si no se cansa de ella. Yo puedo llegar a escucharla un día entero, cuando es una de esas que por la razón que sea te llena, que te hace sentir especial, o importante, o que tienes la impresión de que forma parte de la banda sonora de tu propia vida, aunque me acabe acostumbrando a ella pocos días después y pierda su encanto poco a poco.
En realidad, si no lo hago de esa manera, es como si para mí perdiese el interés. Un día me puede fascinar una canción y al siguiente no de la misma manera, pero el día que ejerce su embrujo sobre mí, siento que debo exprimirla... y si acaso la quito la oigo en mi cabeza hasta que me quedo satisfecha. Es algo así como un vampiro que necesita beber hasta la última gota de sangre de su víctima, pase lo que pase o se interponga quien se interponga, y que siente que una vez ha terminado de hacerlo ya es capaz de morir en paz, pues aunque se sepa eterno, en ese momento, hasta eso se le ha olvidado. Algo parecido es el poder que tiene la música, o al menos el que a veces tiene sobre mí.
Normalmente la gente que se harta en seguida de la música no entiende cómo puedo quemar tanto las canciones, pero es sólo porque no entienden mi manera de disfrutarla, o la de los que la disfrutan como yo, en general. Pero no me importa, con poder seguir disfrutando así algunas canciones ya me vale.
En realidad, si no lo hago de esa manera, es como si para mí perdiese el interés. Un día me puede fascinar una canción y al siguiente no de la misma manera, pero el día que ejerce su embrujo sobre mí, siento que debo exprimirla... y si acaso la quito la oigo en mi cabeza hasta que me quedo satisfecha. Es algo así como un vampiro que necesita beber hasta la última gota de sangre de su víctima, pase lo que pase o se interponga quien se interponga, y que siente que una vez ha terminado de hacerlo ya es capaz de morir en paz, pues aunque se sepa eterno, en ese momento, hasta eso se le ha olvidado. Algo parecido es el poder que tiene la música, o al menos el que a veces tiene sobre mí.
Normalmente la gente que se harta en seguida de la música no entiende cómo puedo quemar tanto las canciones, pero es sólo porque no entienden mi manera de disfrutarla, o la de los que la disfrutan como yo, en general. Pero no me importa, con poder seguir disfrutando así algunas canciones ya me vale.
No puedo...
La gente que envidia la buena memoria no sabe lo que envidia. A veces me gustaría olvidarme de ciertas cosas o de ciertas personas y me es imposible. No puedo, y no es que sea una romántica que no es capaz de sacarse de la cabeza a alguien porque se niega a olvidarle (aunque debo reconocer que en alguna parte de mí, muy al fondo, se pasea a sus anchas ese sentimiento), sino que quiero y mi propio cuerpo me pone trabas.
Nuestro cerebro trabaja continuamente con asociaciones, y no sé si es que tengo una facilidad extrema para hacerlas, que soy masoquista y ni siquiera me doy cuenta, o qué me pasa, pero a veces recuerdo incluso cosas que ni me importan ni nunca me han importado. Y no lo entiendo, porque luego trato de memorizar la historia de la psicología, las miles de teorías que los cientos de psicólogos que ha habido y hay han elaborado o están elaborando, o un montón más de cosas por el estilo, y me cuesta cada vez más. Quizás sea que tengo la cabeza demasiado llena, y lo que es peor, llena de gente y de recuerdos que ya no quiero. Que ya no quiero tener.
Quiero oír tu nombre y no ver tu cara con la mirada perdida y esa pose de tío interesante. Quiero olvidarme de dónde eres y de dónde vives, y pasar por al lado sin que se me acelere un poco el pulso. Quiero que se me olviden la forma de tus ojos, el arco que forman tus cejas o la forma en que frunces el ceño. Quiero escuchar tus canciones y no recordar de dónde las habré sacado. Quiero irme a la cama sin dedicarte ni un solo pensamiento antes de dormirme. Quiero que sigas con tu vida y seguir yo con la mía, pero no recordar ni siquiera haberte conocido. Quiero mandarte a tomar por culo, pero de verdad, y que realmente te vayas a tomar por culo. Pero no puedo.
Nuestro cerebro trabaja continuamente con asociaciones, y no sé si es que tengo una facilidad extrema para hacerlas, que soy masoquista y ni siquiera me doy cuenta, o qué me pasa, pero a veces recuerdo incluso cosas que ni me importan ni nunca me han importado. Y no lo entiendo, porque luego trato de memorizar la historia de la psicología, las miles de teorías que los cientos de psicólogos que ha habido y hay han elaborado o están elaborando, o un montón más de cosas por el estilo, y me cuesta cada vez más. Quizás sea que tengo la cabeza demasiado llena, y lo que es peor, llena de gente y de recuerdos que ya no quiero. Que ya no quiero tener.
Quiero oír tu nombre y no ver tu cara con la mirada perdida y esa pose de tío interesante. Quiero olvidarme de dónde eres y de dónde vives, y pasar por al lado sin que se me acelere un poco el pulso. Quiero que se me olviden la forma de tus ojos, el arco que forman tus cejas o la forma en que frunces el ceño. Quiero escuchar tus canciones y no recordar de dónde las habré sacado. Quiero irme a la cama sin dedicarte ni un solo pensamiento antes de dormirme. Quiero que sigas con tu vida y seguir yo con la mía, pero no recordar ni siquiera haberte conocido. Quiero mandarte a tomar por culo, pero de verdad, y que realmente te vayas a tomar por culo. Pero no puedo.
lunes, 10 de agosto de 2009
Caprichos y lujos
En inglés hay un par de expresiones que significan casi lo mismo, excepto por un matiz. Un importante matiz. Si alguien dice, por ejemplo, 'I'm going to treat myself to chocolate', estás diciendo que te darás un capricho, pero uno pequeño y asequible, como un trozo de chocolate. Si dices, sin embargo, 'I'm going to splash out on a gold watch', estás diciendo que te darás un capricho también, pero te refieres a algo más caro... Digamos que una expresión habla de simples caprichos y la otra de permitirse el lujo de hacer o comprar algo.
La gente hace mucho tanto lo primero como lo segundo, pero el problema es que lo primero se lo puede permitir casi cualquiera (si hablamos del primer mundo, claro está) y lo segundo no tanta gente. Pero eso parece que a muchos les da igual. Compran ropa de marca, joyas, coches e incluso casas sin tener dinero, porque total, ya podrán irlo pagando en "cómodos" plazos o pedirle prestado a alguien...
No son pocos los que viven por encima de sus posibilidades, y después, apenas den un paso en falso, no sólo se quedarán sin aquello que tanto deseaban sino que perderán mucho más, como dinero, en el mejor de los casos, o un techo bajo el que vivir, en uno de los peores; y además luego se deprimirán.
Con lo fácil que es contentarse con lo primero... Con lo sencillo que es disfrutar de los pequeños placeres de la vida, día a día, y ser capaz de esperar pacientemente -o no tanto- a poder permitirse uno un poco mayor... Pero no, muchos están acostumbrados a tener siempre lo que quieren, o a gastar siempre todo lo que tengan y vivir al día. Allá cada cual, pero yo creo que así no se puede vivir... porque la vida le puede cambiar a uno en un segundo, y hay que tener un poco más de cautela.
La gente hace mucho tanto lo primero como lo segundo, pero el problema es que lo primero se lo puede permitir casi cualquiera (si hablamos del primer mundo, claro está) y lo segundo no tanta gente. Pero eso parece que a muchos les da igual. Compran ropa de marca, joyas, coches e incluso casas sin tener dinero, porque total, ya podrán irlo pagando en "cómodos" plazos o pedirle prestado a alguien...
No son pocos los que viven por encima de sus posibilidades, y después, apenas den un paso en falso, no sólo se quedarán sin aquello que tanto deseaban sino que perderán mucho más, como dinero, en el mejor de los casos, o un techo bajo el que vivir, en uno de los peores; y además luego se deprimirán.
Con lo fácil que es contentarse con lo primero... Con lo sencillo que es disfrutar de los pequeños placeres de la vida, día a día, y ser capaz de esperar pacientemente -o no tanto- a poder permitirse uno un poco mayor... Pero no, muchos están acostumbrados a tener siempre lo que quieren, o a gastar siempre todo lo que tengan y vivir al día. Allá cada cual, pero yo creo que así no se puede vivir... porque la vida le puede cambiar a uno en un segundo, y hay que tener un poco más de cautela.
domingo, 9 de agosto de 2009
Hombres, mujeres, niños y niñas
No me gustan los niños con cuerpo de hombre, ni las niñas con cuerpo de mujer. Tener pecho con 14 años no significa ser mayor ni sentirse halagada ante las palabras soeces de un señor que no te mira a la cara precisamente cuando te las dice.
Tampoco me gustan los cuerpos de hombre que pertenecen a un crío ni los de mujer que alojan a una cría. Entiendo que para cada uno madurar puede ser una cosa diferente. También que crecer no implica volverse serio y estirado o dejar de jugar para siempre. Pero no sé por qué algunos ignoran que tienen responsabilidades, y no me refiero a un trabajo, que los hay también, sino a responsabilidades con respecto a los demás.
Cuando eres un niño te enfadas con otro, os dejáis de hablar unos días y al cabo de poco tiempo, sin disculpas ni otras palabras de por medio, volvéis a jugar juntos como si nada. Cuando eres mayor no. Las ofensas crecen con la gente y el tiempo deja de curarlo todo y de cicatrizarlo tan rápido. Sí hace falta pedir perdón y otros necesitan escucharlo. El orgullo sobra, y la soberbia.
Qué hartura de mezclas. De niños con hombres y mujeres con niñas, cuando los que deberían juntarse son los hombres con las mujeres y los niños con las niñas... y hacer todos lo que sus edades les piden, no lo que unos no pueden esperar a hacer y otros se arrepienten de no haber hecho.
Tampoco me gustan los cuerpos de hombre que pertenecen a un crío ni los de mujer que alojan a una cría. Entiendo que para cada uno madurar puede ser una cosa diferente. También que crecer no implica volverse serio y estirado o dejar de jugar para siempre. Pero no sé por qué algunos ignoran que tienen responsabilidades, y no me refiero a un trabajo, que los hay también, sino a responsabilidades con respecto a los demás.
Cuando eres un niño te enfadas con otro, os dejáis de hablar unos días y al cabo de poco tiempo, sin disculpas ni otras palabras de por medio, volvéis a jugar juntos como si nada. Cuando eres mayor no. Las ofensas crecen con la gente y el tiempo deja de curarlo todo y de cicatrizarlo tan rápido. Sí hace falta pedir perdón y otros necesitan escucharlo. El orgullo sobra, y la soberbia.
Qué hartura de mezclas. De niños con hombres y mujeres con niñas, cuando los que deberían juntarse son los hombres con las mujeres y los niños con las niñas... y hacer todos lo que sus edades les piden, no lo que unos no pueden esperar a hacer y otros se arrepienten de no haber hecho.
sábado, 8 de agosto de 2009
Itai...
"A todo el mundo le duele "ahí" cuando alguien le dice adiós... Cuando la persona a la que más quieres te dice adiós, es cuando más duele...".
Motosuwa Hideki, Chobits
viernes, 7 de agosto de 2009
Marionetas
Sefirot no para de repetirle a Cloud que es una marioneta. En realidad no le falta razón, porque aunque él lo haya olvidado sí que fue manejado en el pasado, y su presente se encuentra condicionado por aquella época en que otros tuvieron el control. Lo que pasa es que él, mientras no lo recordaba, no se estaba dando cuenta. En el mundo real, tan distinto de aquel de fantasía -la última aunque séptima de, de momento, trece-, hay muchos Clouds.
Hay gente más y menos influenciable, aunque supongo que todos, aun difiriendo en el grado, recibimos continuamente influencias de nuestro entorno y del exterior. Por ejemplo, una chica puede dejarse continuamente llevar por las modas y ponerse cualquier prenda que en el momento actual se considere "in" y salga en las revistas, pero otra más, digamos, independiente en cuanto a sus preferencias en el vestir, también puede verse influida a la hora de elegir su vestimenta si, por ejemplo, de pronto conoce la existencia de un tipo de ropa o de algún pantalón en concreto porque se lo vio a otra persona andando por la calle. Es obvio que nos pasamos la vida interactuando con otra gente y con el medio y que ello deriva en una mezcla de corrientes de todas partes que se acaban fundiendo en el estilo (más o menos) personal de cada uno. Lo que pasa es que las marionetas, como Cloud al principio, no se dan cuenta. Son a las que más claramente manejan los demás, pero no tienen ni idea.
Cuando la gente está enamorada es cuando, según he ido observando, más fácilmente se convierte en una marioneta. Es tanta el ansia por agradar a la pareja que a veces se acaban calcando todas sus preferencias a fin de tenerla contenta. Mucha gente se encuentra desnuda frente a su amor y completamente a su merced, esperando a que el otro decida qué ropa ponerle o de qué manera manejar los hilos que la mantienen sujeta. Y siguen sin tener idea de que están siendo manejados, y si otro se lo dice incluso se mosquean, hasta que el amor se esfuma y sus hilos se cortan. Entonces vuelven a ser un poco más ellos mismos y se descubren vistiendo una ropa que no es la suya, con unas costumbres que les son ajenas o utilizando un champú que ni siquiera les gusta. Es en ese momento cuando se dan cuenta de que han estado siendo marionetas, y muchos lo seguirán siendo aún mucho tiempo más.
Hay gente más y menos influenciable, aunque supongo que todos, aun difiriendo en el grado, recibimos continuamente influencias de nuestro entorno y del exterior. Por ejemplo, una chica puede dejarse continuamente llevar por las modas y ponerse cualquier prenda que en el momento actual se considere "in" y salga en las revistas, pero otra más, digamos, independiente en cuanto a sus preferencias en el vestir, también puede verse influida a la hora de elegir su vestimenta si, por ejemplo, de pronto conoce la existencia de un tipo de ropa o de algún pantalón en concreto porque se lo vio a otra persona andando por la calle. Es obvio que nos pasamos la vida interactuando con otra gente y con el medio y que ello deriva en una mezcla de corrientes de todas partes que se acaban fundiendo en el estilo (más o menos) personal de cada uno. Lo que pasa es que las marionetas, como Cloud al principio, no se dan cuenta. Son a las que más claramente manejan los demás, pero no tienen ni idea.
Cuando la gente está enamorada es cuando, según he ido observando, más fácilmente se convierte en una marioneta. Es tanta el ansia por agradar a la pareja que a veces se acaban calcando todas sus preferencias a fin de tenerla contenta. Mucha gente se encuentra desnuda frente a su amor y completamente a su merced, esperando a que el otro decida qué ropa ponerle o de qué manera manejar los hilos que la mantienen sujeta. Y siguen sin tener idea de que están siendo manejados, y si otro se lo dice incluso se mosquean, hasta que el amor se esfuma y sus hilos se cortan. Entonces vuelven a ser un poco más ellos mismos y se descubren vistiendo una ropa que no es la suya, con unas costumbres que les son ajenas o utilizando un champú que ni siquiera les gusta. Es en ese momento cuando se dan cuenta de que han estado siendo marionetas, y muchos lo seguirán siendo aún mucho tiempo más.
martes, 4 de agosto de 2009
Belleza muerta
Uno de los supuestos inconvenientes de las flores es que se marchitan... pero algunas, como las de los geranios, son más bonitas cuando están muertas. Si arrancas de la maceta las que se han secado se va formando un ramillete que bien podría llevar una novia que va de camino hacia el altar, y al hacerlo van cayendo algunos pétalos al suelo -de piedra...- en una lluvia grácil y roja que difícilmente se puede ver de otra manera.
lunes, 3 de agosto de 2009
Control estimular
Hay una técnica bastante utilizada en psicología que bien podría casar con ese dicho popular que dice "quien evita la tentación, evita el pecado". Esa técnica es el control estimular.
El control estimular, como bien dice aquel dicho, consiste en organizar el medio de tal modo que no tengamos a mano aquellas cosas de las que nos queremos mantener alejados. Por ejemplo, algo que mucha gente hace sin tener ni siquiera idea de psicología ni de que esta técnica existe es no comprar dulces para así no comerlos luego; aunque en ciertos casos la utilización del control estimular podría llegar a abarcar un poco más, pero no hay por qué extenderse.
Personalmente no me gusta el control estimular. O bueno, por otro lado, en realidad sí me gusta. Me gusta porque funciona, sí, y la verdad es que cuando se hace todo bien resulta bastante eficaz (siempre apoyándose en algún tipo de tratamiento o éste en ella, según el caso...), pero la detesto porque no es la técnica que me gustaría emplear conmigo misma. Me explico: a mí lo que me gustaría es que la gente fuese capaz de tener la tentación paseándosele por alrededor continuamente y no caer en ella. Digamos que lo que me gusta es una mezcla de autocontrol, madurez, sangre fría...
El problema -o no- es que con el tiempo me he dado cuenta de que lo que más me gusta o más me funciona a mí no tiene por qué ser lo que más gusta o funciona a otros. Aunque para mí misma utilizase otros métodos, entiendo que el control estimular puede ser muy útil para gente que se siente incapaz de controlar sus tentaciones por sí misma, e incluso como una primera fase para después hacerse inmune a ellas, como a mí me gusta. Así que a veces hay que olvidarse de uno mismo y colocarse en el lugar del otro. Ni siquiera hay que pensar en qué es más eficaz para la ciencia, para nosotros o para la mayoría de la población: hay que pensar en qué es más eficaz para la persona que tenemos delante, aunque eso implique hacer cosas con las que nosotros mismos no nos convenceríamos.
El control estimular, como bien dice aquel dicho, consiste en organizar el medio de tal modo que no tengamos a mano aquellas cosas de las que nos queremos mantener alejados. Por ejemplo, algo que mucha gente hace sin tener ni siquiera idea de psicología ni de que esta técnica existe es no comprar dulces para así no comerlos luego; aunque en ciertos casos la utilización del control estimular podría llegar a abarcar un poco más, pero no hay por qué extenderse.
Personalmente no me gusta el control estimular. O bueno, por otro lado, en realidad sí me gusta. Me gusta porque funciona, sí, y la verdad es que cuando se hace todo bien resulta bastante eficaz (siempre apoyándose en algún tipo de tratamiento o éste en ella, según el caso...), pero la detesto porque no es la técnica que me gustaría emplear conmigo misma. Me explico: a mí lo que me gustaría es que la gente fuese capaz de tener la tentación paseándosele por alrededor continuamente y no caer en ella. Digamos que lo que me gusta es una mezcla de autocontrol, madurez, sangre fría...
El problema -o no- es que con el tiempo me he dado cuenta de que lo que más me gusta o más me funciona a mí no tiene por qué ser lo que más gusta o funciona a otros. Aunque para mí misma utilizase otros métodos, entiendo que el control estimular puede ser muy útil para gente que se siente incapaz de controlar sus tentaciones por sí misma, e incluso como una primera fase para después hacerse inmune a ellas, como a mí me gusta. Así que a veces hay que olvidarse de uno mismo y colocarse en el lugar del otro. Ni siquiera hay que pensar en qué es más eficaz para la ciencia, para nosotros o para la mayoría de la población: hay que pensar en qué es más eficaz para la persona que tenemos delante, aunque eso implique hacer cosas con las que nosotros mismos no nos convenceríamos.
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