Antes pensaba aquello de que el amor no tiene edad. Ahora no es que no lo crea, pero tampoco es tan sencillo. Todo depende de cada persona, cómo no, del estilo de vida que tenga cada uno, de lo que hayan vivido -especial y normalmente el más mayor-, de la madurez de ambos... Y que no es lo mismo una diferencia de 12 a 17 que de 25 a 30.
A veces la gente tiene unos intereses demasiado diferentes como para congeniar, aunque la verdad es que no sé hasta qué punto eso tiene que ver con la edad. Por ejemplo, es normal que un joven de 20 años quiera salir y divertirse, y también que otro de 30 piense en trabajar y tener cierta estabilidad para conseguir mantenerse independiente, pero lo cierto es que hay jóvenes de 20 a los que no les gusta salir y prefieren estudiar o trabajar para ahorrar para el futuro y otros de 30 que siguen yendo de fiesta cada dos por tres. El problema muchas veces no es de la edad, aunque por ser lo que más destaca sea el objeto principal de todas las miradas. Es que a veces la gente no congenia porque no. Porque unos quieren hacer con su vida una cosa y otros otra y eso en pareja significa ser incompatibles. Si sólo fuese cuestión de épocas, tanto uno como otro podrían y deberían hacer el esfuerzo de rejuvenecer o envejecer de vez en cuando para compartir la perspectiva de su pareja. Es por eso que no creo que en este caso la edad sea una excusa.
También ocurre que alguno, normalmente -aunque no necesariamente- el más joven, vive ciertas cosas o atraviesa determinadas dificultades que su pareja ya conoce por su propia experiencia. Hay quien no tiene paciencia para explicarle a nadie que todo lo que está pasando tiene solución ni en que consiste, y abandona. Otros se olvidan de que ya les pasó a ellos y se desquician con facilidad. Pues aquí tampoco es la edad el problema. Lo es la falta de empatía, y la de amor, porque si quieres a alguien le apoyas aunque ni siquiera seas capaz de entenderlo, así que mucho más cuando lo haces y de tal modo.
La cultura y la educación también juegan un papel importante. Años atrás me solía preguntar por qué tendía a juntarse la gente de la misma edad, hasta que entendí que tener más o menos los mismos años significa haber vivido en un determinado momento histórico, haber jugado con los mismos juguetes, haber visto las mismas series, o haber tenido el mismo plan de estudios en el colegio. Pero aun la gente que ha compartido todo eso puede no tener nada común entre ella: uno podría ver Campeones y otro Candy Candy, uno jugar con el mecano y otro con los Playmobil, uno escuchar a Mecano y otro a Miguel Bosé... Y uno siempre puede disfrutar con cualquier cosa de cualquier generación, pasada o venidera. Así que si bien puede influir la edad en ese sentido, no determina absolutamente nada.
La diferencia de edad puede implicar tener paciencia, esperar, ceder... Pero no mucho más de lo que lo hace una relación cualquiera. Y sobretodo no tiene por qué suponer un problema. En definitiva, la edad importa... pero sólo si uno quiere o si no es capaz de poder con ella.