Hay ciertas cosas que a casi todo el mundo le da vergüenza contar. Son temas tabú de los que nadie parece atreverse a hablar pero que sin embargo a todos les afectan de uno u otro modo. A veces, incluso hay quien niega tener relación con ellos, aunque todos los demás sepan que probablemente miente, pero estos tampoco suelen decir nada al respecto porque hacerlo podría dejar en evidencia quien habla, antes que al comentado.
Limpieza, masturbación, higiene personal, virginidad, manías, supersticiones, porno, ciertas enfermedades... Hay un montón de temas tabú que atormentan a multitudes. Por suerte, cada día se van deshaciendo más, pero aún están bien presentes.
Los que se sienten tan mal por confesar eso que quizás hasta crean ellos mismos feo o depravado, de loco o de idiota, se aliviarían inmensamente si un día, de pronto, decidieran gritar al viento qué hacen y por qué: porque les da la gana o porque les gusta, porque cuando algunos cobardes ven a un valiente, primero lo intentan achantar metiéndose con él y las supuestas barbaridades que está reconociendo... pero conforme va pasando el tiempo y el valiente se muestra indiferente ante la sorna del resto, los cobardes le van imitando y, finalmente, todos terminan por darse cuenta de que todas esas cosas que les hubieran quitado antes el sueño son más normales de lo que pensaban. Que no es raro tenerlas, sino carecer de ellas.