sábado, 20 de marzo de 2010

La historia

Cuando un alumno, fastidiado porque tiene que estudiar, pregunta para qué demonios sirve la historia, muchos son los que responden que para no cometer los mismos errores una y otra vez. Pero creo que en el fondo todos sabemos que eso es mentira.

Continuamente se ven los mismos errores a través de la historia. Incluso en nuestra breve existencia los observamos a menor escala en el día a día, y eso ocurre porque uno necesita probarlo todo por sí mismo para ver si realmente es útil o no.

En algo así se sustenta la esperanza. Uno cree que las cosas no tienen por qué ser siempre de la misma manera, y de veras espera poder conseguir lo que otros nunca alcanzaron. Es por eso que, pese a las advertencias de los demás, la gente se suele arriesgar. Al final sólo unos pocos destacan y logran aquello que otros sólo pudieron soñar, pero aunque no siempre esté claro por qué unos tienen éxito y otros fracasan, lo que sí que está claro es que los que no lo intentan tienen el fracaso asegurado.

Así que en todo caso la historia sirve para estar prevenido, o para satisfacer nuestra curiosidad, pero me temo que no nos libra de cometer errores, ni nuevos ni esos que ya tantas veces nos ha contado.