lunes, 26 de julio de 2010

Discusiones

Iba a empezar con un "a nadie le gusta discutir", pero me he dado cuenta de que es mentira. A mí no sólo me gusta, es que me encanta.

Además de recalcar que discutir y enfadarse no tienen por qué ir necesariamente unidos, debo decir que encuentro una riqueza sin igual en las discusiones. Gracias a ellas puedes descubrir puntos de vista de otros mucho más sinceros que en otros momentos. Si la discusión sí que llega a ser acalorada, también te das cuenta de hasta qué punto es capaz de llegar al otro cuando se cabrea. O a veces, de lo que piensa de verdad de ti, porque hay quienes se esperan a esos momentos para ser mínimamente honestos. Y no olvidemos las reconciliaciones, porque cuando tienen lugar, la relación de los que discutieron suele haberse vuelto más fuerte, si siguen unidos.

En definitiva, las discusiones son una mina de información acerca del otro. De conocimiento mutuo y comprobación de límites personales, pues compruebas tú mismo hasta dónde puedes aguantar.