domingo, 18 de enero de 2009

Maldito peloteo...

Si ya lo detesto de por sí, cuando se alaba excesivamente algo de otro que simplemente estuvo bien, más lo odio cuando encima se pone un puñado de mierda encima de un pedestal.

Está bien ser asertivo, decir las cosas con tacto... pero cuando algo no está bien no lo está. No sé qué buscan algunos haciendo la pelota a los demás cada vez que se deciden a hacer algo, aunque sea una porquería. Creo que sería mejor para el otro que fuesen sinceros con él, porque así es como se aprende.

Alguien puede venir y decirme que adora todo lo que escribo, que nadie lo emocionó de esa manera... Pero cuando lo que escribí ni siquiera está bien redactado, ni hilado, ni tiene un argumento coherente... prefiero que me lo hagan saber. O cuando, simplemente, traté de hacer algo bonito a ojos literarios y, por lo que sea, a alguien no le conseguí hacer vibrar.

Dar ánimos sí... falsas opiniones no, gracias.