domingo, 15 de noviembre de 2009

Horóscopo

Que los astros influyan en nosotros, que según se encuentren en el momento de nuestro nacimiento seamos de una manera o de otra, que sus movimientos nos afecten... No descarto nada de eso, aunque tampoco es que lo crea. Digamos que por poder, podría ser, unido (cómo no) a un montón más de factores biológicos, sociales, culturales, ambientales, etcétera.

Lo que no me creo ya es que quienes dicen saber interpretar todo eso relativo a los horóscopos y escriben cada día o cada semana cómo te va a ir digan la verdad. Una cosa es que los astros puedan aportar un grano de arena a una persona y otra muy distinta que la condicionen de tal modo que si eres de un signo te va a doler la garganta o si eres de otro tendrás problemas musculares, o que unos ganarán la lotería y a otros les dejará el novio.

Es estúpido, y si no todo el mundo, quiero creer que mucha gente lo sabe. Sin embargo, la del horóscopo suele ser una sección que nunca falta, precisamente, por el éxito que tiene. Y es que divierte leer qué dice, aun sabiendo que es como leer una historieta cuyo curso no nos va a afectar en absoluto. Si luego algo coincide hace gracia lo puñetero que llega a ser el azar, y si falla descaradamente también, por lo ridículo que resulta. También algunos lo leen porque les da la esperanza que de otro modo no son capaces de encontrar, aunque sepan que es un engaño, pues ese engaño les anima aunque sea hasta que se dan cuenta de que las predicciones de su signo no se iban a cumplir.