sábado, 26 de diciembre de 2009

El dolor, que es subjetivo

Ya sé que es subjetivo, pero me cuesta creer que haya una diferencia tan grande entre cómo una misma enfermedad o dolencia incapacita a unos y a otros. El dolor no se puede medir, pero todos (salvo excepciones médicas) lo sentimos.

Creo que la actitud de cada uno es bastante importante a la hora de que le afecte más o menos el dolor. Hablo, claro está, de lo que podríamos llamar dolores cotidianos como los que puede tener cualquiera: el dolor menstrual en las mujeres, el dolor de cabeza, el mal cuerpo que uno tiene cuando le da fiebre... No obstante, ya es conocido que en diversas dolencias intervienen los factores psicológicos, predisponiendo o protegiendo a alguien de una enfermedad, por ejemplo. Más o menos eso es lo que aquí y con un lenguaje popular quiero significar con "actitud", que podría abarcar desde estilos de afrontamiento hasta tipos de atribución causal (a qué causas atribuye uno cada cosa que le pasa, y las características de esas causas).

En definitiva, me parece que hay gente con una actitud mala ante el dolor. Es como si se dejasen vencer por él, como si se rindieran y se colocasen a su merced. Piensan en su dolor y sienten que les duele más, lo que les hace pensar más en él y entrar en un círculo vicioso. Otros tienen una actitud mejor (o que a mí me parece mejor, cada cual pensará lo que quiera), y se tratan de distraer con sus tareas cotidianas para no atender tanto al dolor y que les sea más leve mientras dure.

Además de cómo creo que puede afectar a la percepción del dolor el tener una "mala" o una "buena" actitud, haciendo que la intensidad de éste acabe pareciendo menor a los segundos, también creo que puede afectar al estado de ánimo. Creo que seguir con la rutina hace al enfermo sentirse menos enfermo, y eso contribuye a que tal vez esté más animado aunque algo le moleste. Sin embargo, el rol de enfermo suele ser deprimente, y pasarse todo el día sin más estimulación que el propio dolor y las quejas de uno mismo sobre él también. Esto lo veo así porque yo misma he tenido lo que di en llamar una actitud mala muchas veces, y cuando tuve una buena me fue bastante mejor.

De todos modos, esto sólo son divagaciones... Evidentemente no tengo ni idea de si a los demás les duelen las cosas más o menos que a mí, ni sé por qué. Pero es que me sigue costando creer que en el mundo haya unos cuantos superhéroes, aunque a veces me gustaría creerlo, y por algo deben existir las diferencias que de hecho hay. Tal vez me equivoque y sea todo biología, pero yo realmente creo que no. De todos modos, y aunque mis ideas tuviesen algo de acertado, cambiar una actitud sigue siendo bastante complicado, con lo que no estoy segura de si serviría para algo saberlo.