jueves, 29 de abril de 2010

Ilusiones

Dicen que de ilusiones también se vive... pero yo no lo tengo tan claro. O, mejor dicho, no estoy muy segura de cómo de bien se vive de esa manera.

Todo el mundo suele estar harto de hacerse ilusiones con cualquier cosa y que luego se rompan en mil pedazos cuando uno menos se lo espera. Con el tiempo, lo triste es que uno ya sí que se lo espera, y la verdad es que es un poco desagradable dejar que las ilusiones se manchen de un pesimismo casi premonitorio, porque así no se disfrutan igual.

Pero claro, ¿a quién le gusta desilusionarse? Cuando lo más probable es que las ilusiones de uno corran peligro, lo mejor suele parecer no hacérselas y punto. Y sí, en cierto modo eso funciona, pero muchas veces es imposible no ilusionarse. Y da igual que la cabeza te diga que vas directo a un pozo sin fondo... porque más negra se ve la vida sin ilusiones que con un montón de ellas hechas añicos.