sábado, 17 de octubre de 2009

Improvisación

En el fondo me gusta. Jode bastante pasarte meses preocupada porque algo salga como quieres y que llegado el gran momento todo pase de cualquier forma menos de la que habías planeado. En esas situaciones no te queda otra que improvisar, porque tirar la toalla no es una opción.

Estresa inventar soluciones y encontrar salidas al paso cuando se trata de algo que, por alguna razón de peso, requería una preparación bastante larga, pero al final te acabas desenvolviendo bien y casi no se nota o no se nota nada que has ido improvisándolo todo sobre la marcha. Y no sólo eso, también te das cuenta de que no siempre es necesario volverse loca planeando algo: con menos puede salir. A veces, incluso mejor que mirándolo todo con lupa.

En realidad que las cosas se tuerzan las hace un poco más interesantes, y si las sabemos manejar, ganamos en autoconfianza y en autoestima... Y es que luego una se siente increíblemente bien al verse finalmente capaz de algo que al principio creía imposible.