Es increíble la influencia que es capaz de tener la cultura sobre la gente, incluso sobre los que nos pensamos un poco rebeldes en cierto sentido. Si nos parásemos a pensarlo, nos daríamos cuenta de la de cosas que nos prohibimos hacer o hasta pensar, y de las que preferiríamos dejar de lado y nos han convertido en sus esclavos.
Hay tantas cosas que están mal sólo porque así está visto en nuestra cultura... Si observamos otras nos damos cuenta de que, para ellos, lo que nosotros hacemos o como nosotros pensamos es absolutamente extraño, cuando no absurdo. Así que, en tanto que la cultura es algo arbitrario y establecido casi al azar, no es de extrañar que muchas veces nos sorprendamos cuestionándonosla.
De todos modos, hace falta mucho valor para ir en contra de tu propia cultura, pero cada día vemos que hay más valientes. Sin ir más lejos, un homosexual no es ni mucho menos ahora lo que era hace diez o veinte años, aun cuando ahora siguen estando mal vistos por ciertos sectores. Gracias a gente como ésa, gracias a gente que deja de tener más en cuenta lo que puedan decir los demás que lo que ella misma siente, el mundo seguirá avanzando. Y tal vez llegue el día en que estemos libres de yugos. Aunque quizás más de uno sea necesario para que todo esto no sea un caos.