Qué raro. Llevaba varios días acordándose de él. Hacía meses que no hablaban, así que no entendía por qué de pronto tantas cosas se lo recordaban. Por qué se preguntaba qué sería de él o qué estaría haciendo. Si habría pensado en lo que pasó, y si la encontraría culpable una vez más o si, según ella, habría entrado en razón pero se lo callaba por orgullo.
Qué raro. No sabía qué le pasaba, hasta que cayó en la cuenta: le estaba empezando a echar de menos.