Estoy harta de las palabras vacías. De los comentarios estúpidos para rellenar silencios que no sé por qué demonios a la gente le molestan tanto, de los ánimos de mentira que sólo se dan para quedar bien, de las malditas muletillas que la gente añade para alargar una conversación que ya no da más de sí.
Y también estoy cansada de lo hipócrita que es la gente que sabe que habla sin decir nada y que encima se molesta si se lo dices. De lo patéticos que resultan intentando llamar la atención con una verborrea de banalidades que ni siquiera les interesa a ellos y que, por alguna extraña razón, tienen la esperanza de que atraiga a otros.
Primero se piensa, y luego se habla. Me da a mí que esta gente se salta siempre el primer paso.