Muchos de los problemas que hay en el mundo se solucionarían, o incluso no exisitirían, si la gente escuchase a los demás.
Estoy harta de ver a la gente discutir repitiéndose las palabras del otro completamente tergiversadas. Y como el otro tampoco escucha, en vez de corregirle, le hace exactamente lo mismo.
En teoría la cosa va de hablar, esperar y escuchar y hablar de nuevo. Muchísima gente el paso intermedio se lo salta. Hablan, hablan y hablan, y de lo que los otros cuentan no tienen ni idea. Pero no sólo eso, es que además se quejan cuando a otro se le escapa algún detalle de su conversación y ponen el grito en el cielo si no se les sigue correctamente. Ellos mismos no prestan nunca atención, pero sí que la exigen.
Es una de las tantas formas del egoísmo... pero para tratar con las personas, y para hacerlo en condiciones, no se puede ser egoísta. Si no te interesa el otro, no hables con él. Pero si lo haces, tenlo en cuenta. Si no, sólo habrá malentendidos entre vosotros, os sentiréis incomprendidos y os acabaréis hartando el uno del otro. Y si lo piensas un poco, y visto así, es hasta normal.