domingo, 18 de abril de 2010

Ética

Me pregunto hasta qué punto puede ser ético investigar la eficacia de ciertos tratamientos. Entiendo que, para comprobar que realmente sirven para lo que se esperaba, es necesario experimentar, pero cuando hay vidas en juego, ¿cómo puedes decidir a quién dar esperanza y a quien dejar morir en el grupo control? El azar empareja a los sujetos, pero es la persona la que les da o no aquello que podría (o no...) ayudarles.

En realidad, de esa forma se ayudará después a más personas, y los participantes dan su consentimiento antes de entrar a formar parte de una investigación... pero se me hace difícil pensar en ser el experimentador. Pensar en saber que estás ayudando a unos pero no a otros. Pensar en ver los resultados y que estos te digan que en el grupo experimental hubo un porcentaje mucho mayor de supervivientes. Pensar en darte cuenta de que podrías haber salvado a mucha más gente de haber proporcionado el tratamiento a todos los participantes.

Aunque tampoco debe ser fácil cuando eso falla o hace más mal que bien. Cuando el grupo al que aplicas el tratamiento es el que registra el mayor porcentaje de fallecidos.

De todos modos, creo que hay preguntas a las que uno no llega a responder. Si eso es o no ético puede que sea una de ellas.