y Ana y Miguel
ya prenden llama...
Ella sobre él,
hombre y mujer,
deshacen la cama...
Y el mar que está loco por Ana
prefiere no mirar...
Los celos no perdonan
al agua, ni a las algas, ni a la sal...
Al amanecer ya está Miguel
sobre su barca...
Dame un beso, amor,
y espera quieta
junto a la playa...
Y el mar murmura en su lenguaje:
"Maldito pescador...
Despídete de ella,
no quiero compartir su corazón..."
Y llorar,
y llorar,
y llorar por él.
Y esperar,
y esperar,
y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel...
Dicen en la aldea
que esa roca blanca es Ana...
Cubierta de sal
y de coral
espera en la playa...
No esperes más, niña de piedra,
Miguel no va a volver...
El mar le tiene preso
por no querer cederle a una mujer...
Y llorar,
y llorar,
y llorar por él.
Y esperar,
y esperar,
y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel...
Incluso hay gente que asegura
que cuando hay tempestad
las olas las provoca
Miguel luchando a muerte con el mar...
Y llorar,
y llorar,
y llorar por él.
Y llorar,
y llorar,
y llorar por él.
Y llorar,
y llorar,
y llorar sobre el mar...
Mecano, Naturaleza muerta