jueves, 21 de mayo de 2009

Acento y hablar bien

Mucha gente, muchísima gente, confunde tener acento con hablar mal. Una cosa es que, en Andalucía, por ejemplo, las palabras se pronuncien de una manera peculiar, y otra que se digan de forma incorrecta. Ambas cosas, no lo niego, van a veces unidas, pero eso no significa que necesariamente sean uno, porque no lo son.

Escribir o hablar mal es utilizar laísmos, leísmos, cambiar las bes o las uves en la grafía... Y creo que la muestra de que una y otra cosa no son lo mismo está en que una persona puede hablar con el acento que le venga en gana (o que le venga "de nacimiento"), que cuando coja un bolígrafo y un papel escribirá correctamente cada palabra, cada tiempo verbal será concordante con el resto de la oración, y género y número irán a la par cuando se utilicen. Los que no son capaces de eso sí saben poco sobre lenguaje...

En realidad creo que he visto más patadas al lenguaje de gente del centro y del norte que de gente del sur (y conozco a muchos más de abajo que de arriba), aunque claro está que en todas partes hay de todo... Pero los típicos tópicos son capaces de cargarse incluso los más sólidos argumentos y las pruebas más veraces... cuando están en manos de quien no sabe cómo utilizarlos. Eso sí que es grave, y no mi acento andaluz.