viernes, 17 de julio de 2009

Mentira

La gente se acaba cansando de la otra gente. Suena triste, pero creo que es así. A veces hasta el detalle más absurdo, que llevamos años viendo, se vuelve molesto e insoportable y nos hace explotar. Le coges manía incluso a la persona que más quieres. No aguantas a tu mejor amigo. Te dan ganas de pegarle, de gritarle lo estúpido que es o de no volverle a ver en la vida...

Pero de pronto te sorprendes girando la cabeza hacia el televisor cuando en las noticias anuncian un accidente cerca de donde está, se te encoge el corazón cuando te cuenta que ha llorado o te despiertas una mañana con su cara en tu cabeza.

Al principio estás engañada... Crees que ya no le quieres. Que aquello se rompió y que ya no tiene solución. Pero es mentira. Es todo mentira. Claro que le quieres. Con locura. Se te inundan los ojos con sólo pensar que le tienes lejos. Te quedas sin aire al pensar que tal vez le hayas perdido. Y entonces te das cuenta de que sólo estabas agotada, y ni siquiera te extrañas, porque si a veces no te aguantas ni a ti misma, es complejo que soportes siempre a los demás. Por mucho que les quieras. Por mucho que sin ellos te mueras...

Todo tiene solución. Mientras alguien quiera que la tenga.