jueves, 13 de noviembre de 2008

Ni cuenta

A veces dedicamos tanto tiempo a escuchar lo que los demás dicen que nos olvidamos de que nosotros también tenemos algo que decir... Puede pasar mucho tiempo hasta que nos damos cuenta, y ése puede ser el suficiente como para que los demás, al no escucharnos nunca, empiecen a creer que no tenemos nada que aportarles...

Ésa es sólo una de las formas en que vemos a la soledad irrumpir en nuestras vidas... pero rara vez caemos en que, si alguien nos relega con tanta facilidad y deja de interesarse por lo que decimos y, aún más importante, por nuestros silencios, ya llevábamos en realidad un tiempo solos...