domingo, 9 de agosto de 2009

Hombres, mujeres, niños y niñas

No me gustan los niños con cuerpo de hombre, ni las niñas con cuerpo de mujer. Tener pecho con 14 años no significa ser mayor ni sentirse halagada ante las palabras soeces de un señor que no te mira a la cara precisamente cuando te las dice.

Tampoco me gustan los cuerpos de hombre que pertenecen a un crío ni los de mujer que alojan a una cría. Entiendo que para cada uno madurar puede ser una cosa diferente. También que crecer no implica volverse serio y estirado o dejar de jugar para siempre. Pero no sé por qué algunos ignoran que tienen responsabilidades, y no me refiero a un trabajo, que los hay también, sino a responsabilidades con respecto a los demás.

Cuando eres un niño te enfadas con otro, os dejáis de hablar unos días y al cabo de poco tiempo, sin disculpas ni otras palabras de por medio, volvéis a jugar juntos como si nada. Cuando eres mayor no. Las ofensas crecen con la gente y el tiempo deja de curarlo todo y de cicatrizarlo tan rápido. Sí hace falta pedir perdón y otros necesitan escucharlo. El orgullo sobra, y la soberbia.

Qué hartura de mezclas. De niños con hombres y mujeres con niñas, cuando los que deberían juntarse son los hombres con las mujeres y los niños con las niñas... y hacer todos lo que sus edades les piden, no lo que unos no pueden esperar a hacer y otros se arrepienten de no haber hecho.