sábado, 19 de septiembre de 2009

Feminidad

Las mujeres son bastante curiosas. Los hombres, por su parte, supongo que también, pero como no soy uno, tal vez por eso, no me inquietan tanto. Me parece gracioso parecerme a veces tan poco al resto de féminas que conozco, veo u observo por todas partes.

Hay gente para todo, y no hay nunca que generalizar y meter a todo el mundo, hombres o mujeres, jóvenes y viejos, gays y heterosexuales, o lo que sea, en un saco, pero es innegable que los grupos de personas, tengan la identidad social común que tengan, comparten determinadas características. Las mujeres, por ejemplo, suelen ser femeninas.

Los vestidos, las cremas, la depilación, los bolsos, los pintauñas, el maquillaje, las faldas... Sé bien que, como yo, hay muchas chicas que no son demasiado femeninas, y tal vez a ellas también les llame la atención que otras lo sean tanto.

Somos de la misma especie y del mismo sexo y, sin embargo, a veces llego a no identificarme en absoluto con algunas. A mí también me gusta ir mona, de vez en cuando, e incluso podría decirse que puedo llegar a ser coqueta... Pero cuando me maquillo (de siglo en siglo) o me pongo un vestido (de milenio en milenio) me siento fuera de lugar. Es como si esas cosas fueran para otras, no para mí. Soy como una extraña, como una impostora, como si fuese algo que no es una mujer (tampoco un hombre...) tratando de convertirse en una y pasar desapercibida entre ellas. Y no, la orientación sexual aquí no tiene nada que ver. Ni yo soy lesbiana, ni ellas carecen de feminidad como antes (e incluso algunos ignorantes hoy día) se pensaba.

Todo eso también se nota en los gestos, las miradas, la fragilidad que muchas mujeres desprenden... No sé si será algo natural o que aprendemos de alguna manera, pero me llama la atención. Es una prueba de que incluso en lo que más se parece entre sí, pueden haber diferencias significativas. De la heterogeneidad de la especie humana en general, y de las mujeres en particular.

No me disgusta ser como soy, pero sí es extraño que casi todo el mundo espere de ti algo que tú no eres.