Podría empezar diciendo eso de "supongo que todo el mundo...", pero no, porque en realidad no creo que le haya pasado a cualquiera eso de ser la típica persona que en clase escogían la última para formar parte de su equipo. O a la que no le contaban los planes que habían hecho, porque no les apetecía que fuese con ellos. De todos modos, imagino que, aunque no a todos, a muchos les ha pasado eso... Ellos deben saber qué bien se siente uno cuando ve que eso deja de ocurrir.
No sé por qué, si es que crecen los otros o crece uno mismo, pero de pronto un día alguien empieza a contar contigo. Y otro. Y otro más... Y se te va yendo esa sensación de ser un bicho raro.
No es que no me guste la gente rara, por mi parte es más bien al contrario, pero sentir que los demás te lo consideran hasta tal punto sí que no me gusta. Aunque a una persona no le guste lo mismo que a los demás o no actúe de la misma manera no quiere decir que tenga que renunciar a ellos. O, mejor dicho, que quiera renunciar a ellos.
Parece que es más fácil que alguien distinto acepte las diferencias de los demás, que no dejan de ser extraños para él, a que suceda lo contrario... Suerte que el tiempo parece que todo lo cura. Y digo parece porque no quiero hacerme aún ilusiones... y porque tampoco sé quién se ha curado de eso, si ellos o yo... ni si pasó del todo.