Qué crueles son a veces los escritores o los guionistas cuando deciden matar a uno de sus personajes. No les culpo, porque como intento de escritora he hecho eso alguna vez, y en realidad es normal que ocurra, porque si algo hay realista en este mundo es que la gente se muere. Y lo justo es que no haya tramas increíbles que liberen a los personajes de todos los peligros, o al menos no en según qué géneros... Aun así, cuando eso ocurre uno apenas lo puede creer.
El otro punto bueno que tiene esto es que, de ese modo, te das cuenta de si quien debía hizo bien su trabajo: si te da pena, si te da rabia... es porque quien lo creó consiguió que le cogieras cariño, o que te identificases con él. Eso en apariencia tan sencillo es complicado de crear, pero no imposible, y como amante de algún que otro tipo de arte, me encanta encontrar personajes de ese tipo. Que mueran no tanto, pero así es la vida... la real e incluso la imaginaria.