lunes, 25 de mayo de 2009

Viajes

Hay por ahí un proverbio que viene a decir que es mejor el viaje que la llegada. Razón no le falta, ya que a veces uno disfruta más con los preparativos de algo que con eso cuando llega.

Es una pena que no siempre salgan las cosas como las habíamos planeado, especialmente cuando es complicado volverlas a organizar de nuevo, pero eso no nos debe hacer dejar de entusiasmarnos, porque con cada vez que algo sale mal se va aprendiendo qué cosas hay que cambiar, y al final todo sigue siendo imperfecto igualmente, pero se acaba acercando más a lo que teníamos en mente.

Tampoco pasa nada si continua siendo mejor el viaje, porque así podremos empezar a hacerlo antes, para disfrutarlo más, y gracias a eso, precisamente, luego tendremos mejores resultados.