A veces, cuando uno tiene que resolver algo, se satura de tal modo que necesita desconectar por completo del problema que se traía entre manos para, más adelante, volver a intentar encontrarle solución. Creo que una de las mejores formas de descansar de lo que le pasa a uno es ver qué le pasa a los demás, y qué podemos hacer nosotros con eso.
En realidad es bastante simple: si no puedes ayudarte a ti, al menos ayuda a los demás. Es inútil tratar de hacer avanzar algo que llegó a un callejón sin salida, así que, mientras esperamos a que dé la vuelta, podemos asistir a otros mientras tratan de dar sus propios pasos.
Además, mientras piensas en cómo arreglar lo de otra gente, te estás disociando durante un tiempo de lo que tienes que solucionar tú, así que ayudas a alguien y te haces a ti mismo un favor. Eso sí, no vale escudarse siempre en los demás para no encarar los problemas de uno, ya que evitarlos o escapar de ellos continuamente sólo los agravará más: descansar un ratito sí está permitido, y a veces es incluso recomendable. O al menos así lo veo yo.