viernes, 26 de marzo de 2010

Fundamento

Muchas veces la gente habla sin fundamento pero por casualidad tiene razón. Pero cuando les dices que, aun habiendo acertado en sus deducciones, no tienen validez porque no se sustentan en nada, y que el azar podría haber sido tan o más certero, no alcanzan a entenderlo.

Recuerdo a una chica de mi instituto que le decía a un profesor que un actor de moda era "un actorazo". Él le recriminó que no podía afirmar tal cosa sin haber visto más que un par de películas suyas y además sin su voz real, sino dobladas al castellano. El caso es que estoy de acuerdo con ambos: el tipo, a mi parecer, es uno de los mejores actores que he visto, pero ella sólo lo decía porque le parecía guapo y todas esas cosas. Acertó, pero por casualidad. Los motivos que a ella le hacían verlo un gran actor no eran los correctos en realidad.

Pues muchísima gente hace eso continuamente. En realidad los humanos solemos utilizar poco la lógica y guiarnos por heurísticos, pero aunque todos lo hagamos, por lo visto no todos somos conscientes de que lo hacemos. No es lo mismo lo que uno cree que debe ser, basándose en su experiencia o, como en el caso de arriba, en sus deseos, que deducir algo lógicamente de ciertas premisas que encontramos previamente.

Así, muchos hablan sin fundamento y, aunque casi siempre les da por acertar, de vez en cuando se equivocan y encima no son capaces de reconocer que, en realidad, estaban hablando de algo de lo que no tenían ni idea.