Cuando un alumno, fastidiado porque tiene que estudiar, pregunta para qué demonios sirve la historia, muchos son los que responden que para no cometer los mismos errores una y otra vez. Pero creo que en el fondo todos sabemos que eso es mentira.
Continuamente se ven los mismos errores a través de la historia. Incluso en nuestra breve existencia los observamos a menor escala en el día a día, y eso ocurre porque uno necesita probarlo todo por sí mismo para ver si realmente es útil o no.
En algo así se sustenta la esperanza. Uno cree que las cosas no tienen por qué ser siempre de la misma manera, y de veras espera poder conseguir lo que otros nunca alcanzaron. Es por eso que, pese a las advertencias de los demás, la gente se suele arriesgar. Al final sólo unos pocos destacan y logran aquello que otros sólo pudieron soñar, pero aunque no siempre esté claro por qué unos tienen éxito y otros fracasan, lo que sí que está claro es que los que no lo intentan tienen el fracaso asegurado.
Así que en todo caso la historia sirve para estar prevenido, o para satisfacer nuestra curiosidad, pero me temo que no nos libra de cometer errores, ni nuevos ni esos que ya tantas veces nos ha contado.