domingo, 28 de febrero de 2010

El trabajo

Hay gente que no trabaja porque no quiere y otra que no lo hace porque no puede. También están los que no lo hacen porque no lo necesitan. Me consta que a mucha gente de mi generación no le urge el dinero, porque tienen una familia que les quiere y les puede respaldar económicamente, pero a veces la gente no necesita el trabajo sólo porque necesite dinero.

Muchos son así de vagos y disfrutan sin hacer nada. No quieren trabajar porque implica hacer un esfuerzo que no están dispuestos a realizar. Esos, normalmente, tienen unas vidas vacías y patéticas que creen llenas porque no les cuesta nada mantenerlas, pero en realidad sólo están llenas de nada: no tienen ambiciones, ni iniciativa, ni motivaciones, ni metas...

A otros sin embargo no hacer nada les deprime. No es ya sólo porque no tengan una ocupación, sino por todo lo que eso implica. Cuando trabajas sales a la calle aunque sea sólo mínimamente, para trabajar, y eso ya anima bastante. Además tienes dinero, porque aunque tus padres se ofrezcan a dártelo, a cierta edad y si tienes un poco de dignidad tú rechazas que te den más del necesario para subsistir, y eso conlleva poder salir cualquier tarde con los amigos a tomar algo, a cenar algún día o al cine. Cosas que uno daba por hecho cuando trabajaba o estudiaba y no se preocupaba por el dinero, las acaba echando de menos cuando no puede tenerlas, y poder dedicarse al ocio y las aficiones cuando no es a tiempo completo anima bastante. También el trabajo, salvo algunas excepciones, es un lugar donde uno puede socializarse un poco: se conoce a gente nueva y se crean relaciones que, aunque sean sólo laborales, ayudan a las personas.

Por suerte uno puede ir estudiando mientras no encuentra trabajo. Formarse siempre llena y es de lo más útil... y además te hace sentir que no pierdes el tiempo. Porque no todos los jóvenes parados son parados por gusto, ni con crisis ni sin ella, ni todos los parados tienen todo el tiempo del mundo, como parecen creer en las oficinas del INEM. Muchos tienen que llevar sus casas con trabajo o sin él, otros estudian... En fin, que mucha gente sí que quiere trabajar, y lo necesita no ya por el dinero, sino porque trabajar y aunque a algunos puede que no se lo parezca, en ocasiones implica vivir.