sin hablar, sin un adiós...
No recuerdo ni su cara ni su voz.
Se me fue con timidez,
con la luz de anochecer...
Ahora sé que no le supe comprender.
Se me fue sin avisar,
no le pude acompañar
a su cita con la oscuridad...
Yo no sé si me extrañó,
si al final me perdonó...
Sólo sé que ya no está.
Se me fue tan normal,
una tarde, un día más...
Tan fugaz que no le pude perdonar.
Me miró, sonrió,
como iba yo a saber
que tal vez su sonrisa era un adiós.
Se me fue sin avisar,
no le pude acompañar
a su cita con la oscuridad...
Yo no sé si me extrañó,
si al final me perdonó...
Sólo sé que ya no está.
Se me fue tan natural
como el río al mar se va,
se me fue de aquí a la eternidad...
Yo no sé si me extrañó,
si al final me perdonó...
Solo sé que ya no está...
Lo que es peor... no volverá.
Myriam Hernández, Se me fue