Es injusto que nos asalten recuerdos que estábamos tratando de enterrar un poco cuando menos lo esperamos. Uno debería poder escoger de qué se acuerda y cuándo... O bueno, en realidad no, pero es normal desearlo cuando lo que te viene a la cabeza no es lo que te gustaría.
Es lo malo que tiene el pasado, que siempre puede volver. Lo malo es que nosotros nunca podremos volver a él, y ésa es la razón por la que hay algunos recuerdos que uno preferiría seguir manteniendo alejados, o al menos a una distancia de seguridad.
Pero a veces el ser humano parece masoquista, y busca activamente y también sin querer cosas que le traigan todo eso que ya no está. Y es que es un sentimiento contradictorio... porque por un lado te hacen recordar buenos momentos, pero es que esos a veces tienen anclados también algunos malos... Y además, buenos y malos están teñidos de melancolía, porque saber que ciertas cosas tuvieron su tiempo y ya pasó, antes de lo que nos hubiese gustado, desanima un poco a cualquiera.
En fin... Uno tiene que hacer lo mismo que sus recuerdos: sobrevivir.