martes, 23 de diciembre de 2008

Nescencia necat

Gran frase que repite mucho un amigo mío. La ignorancia mata. Pero el problema no es ser ignorante, porque dadas las características de este mundo en el que vivimos, todos nacemos siendo unos completos ignorantes y, en general, morimos siéndolo sólo un poco menos. Hay demasiados conocimientos como para quedarnos con todos... pero qué menos que no pretender tenerlos cuando cualquiera con dos dedos de frente sabe que eso es imposible.

Lo que mata de verdad es pensar que uno lo sabe todo, o mucho más de lo que sabe en realidad. Con el paso de los años, uno se va dando cada vez más cuenta de que hay bastante más de lo que se pensaba y que, por ende, sabemos mucho menos de lo que imaginamos. Pero parece que no a todo el mundo le pasa, y por eso hay personas que dan en opinar sobre cosas de las que no tienen ni idea. Hablan sin saber y pierden más de esa forma de lo que podrían ganar hablando con razón.

El último escalón de esa prepotencia de muchos de los que ignoran su propia ignorancia da a hablar sobre lo que sienten los demás. Eso no es sólo algo de lo que ellos no tienen ni idea, sino que es también algo que nunca, por libros que lean o mundo que recorran, van a saber.

Porque lo que se ve no siempre coincide con lo que se oculta... aunque esa suerte de ignorantes, por mucho que lo intenten, no se pueden esconder.