viernes, 19 de diciembre de 2008

Observada

No sé si lo estoy siendo, pero a veces me lo siento. Hay indicios, pero no dispongo de las herramientas necesarias para interpretarlos sin que ningún error tenga cabida...

De todos modos no es desagradable. Me podría agobiar o sentir molesta, pero no es el caso, quizás porque quiero que me miren. No, no se trata de un ataque de histrionismo ni tampoco de la búsqueda de un impulso que lance mi ego hasta el infinito. Es la sensación de importarle a alguien la que me atrae.

Hay tantas cosas que creo que pasan por mi cabeza con respecto a ciertas personas y que creo que nunca pasarían por las suyas... Evidentemente nunca sé si me equivoco, pero puedo suponerlo, ya que raro sería que me creyese algunas respuestas si me atreviese a preguntar. El caso es que hay un puñado de personas que me importan. Me gusta saber si entran, si salen, cómo les va, qué hacen o por qué... pero no siempre lo sé, así que, si y cuando puedo intento investigar por mi cuenta sin que ellos lo sepan.

Por eso me sorprende tanto pensar en la posibilidad de haber cazado a alguien en esa situación que yo haría -y, de hecho hago- pero que me temo que no veré de otros y, a la vez, pienso que lo más probable es que esté equivocada.

Sea como sea, los pequeños instantes en que me convenzo a mí misma de que hay alguien que se preocupa por mí lo suficiente como para intentar seguir mis pasos, soy un poco más feliz. Por eso me gusta, al menos esta vez, sentirme observada.