viernes, 26 de diciembre de 2008

Túneles

Quién no habrá estado en uno más de una vez... Nos pasamos la vida atravesando carreteras y es inevitable encontrárselos por el camino, aunque sea de cuando en cuando.

De pequeños pueden asustarnos, porque dentro todo está muy oscuro, pero después de pasar por unos cuantos aprendemos que tienen salida. Por eso, con un poco de tiempo, casi nos pasan desapercibidos... Hasta que llega el día en que detrás de la que pensamos que era la última curva no hay claridad, sino que sigue el túnel y no vemos el final. Nos ponemos nerviosos, porque llegamos hasta a preguntarnos si no será que ese túnel no va a terminar nunca. O si no moriremos antes de acabarlo. Pero finalmente vuelve a aparecer el sol detrás del último metro de muro, atraviesa el cristal y nos da de pleno en la cara. En ese momento reímos y pensamos lo idiotas que fuimos al pensar que no saldríamos de ahí.

Aunque no siempre es tan sencillo. Hay quien, preso de los nervios, en vez de continuar con su camino hasta encontrar una salida, se estrella en medio del túnel. O vive o muere, y si es lo primero puede ser que le cueste más de lo normal volver a ver la luz... a menos que lleguen los servicios de emergencias. A ellos les da igual si tienen que meterse ahí dentro sin necesidad, si habrá oxígeno o si no... Sólo se preocupan de buscarte, encontrarte, y sacarte cuanto antes de ahí.

En la otra mano tenemos a los que, en lugar de disfrutar del sol calentándoles la cara, se dejan deslumbrar por él al dejar el túnel. Hacen que lo que podría haber sido un final feliz se estropee, y echan a perder también todo el esfuerzo que dejaron atrás, dentro del túnel, cuando luchaban por abandonarlo. Aquí, de nuevo, los de las emergencias aún pueden llegar y hacer algo por ellos.

Vamos a seguir conduciendo mucho tiempo más. Vamos a ver más túneles. Vamos a continuar pensando cada vez que ése es el último o que no tendrá final... Pero intentemos ir con cuidado. No estrellarnos ni cegarnos luego... porque todos, absolutamente todos los túneles por los que pasamos, van a tener final. Y, si acaso nos sucede algo, no nos olvidemos de agradecer a los servicios de emergencias el habernos prestado su ayuda.